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Éxodo 38:1 - Biblia Martin Nieto

Hizo el altar de los holocaustos de madera de acacia, cuadrado, de dos metros y medio de largo por dos y medio de ancho y uno y medio de alto.

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Biblia Reina Valera 1960

Igualmente hizo de madera de acacia el altar del holocausto; su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado, y de tres codos de altura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego, Bezalel construyó, con madera de acacia, el altar de las ofrendas quemadas. Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros de ancho y de largo, y un metro con cuarenta centímetros de alto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hizo también el Altar de los Holocaustos de madera de acacia. Tenía dos metros y medio de largo y otros tantos de ancho, esto es, cuadrado, y metro y medio de altura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hizo el altar del holocausto de madera de acacia: De cinco codos su longitud, cinco codos su anchura, cuadrado, y tres codos su altura.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Construyó con madera de acacia el altar de los holocaustos, de cinco codos de largo y cinco de ancho, cuadrado, y tres codos de alto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Igualmente hizo el altar del holocausto de madera de acacia; su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado, y de tres codos de altura.

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Éxodo 38:1
19 Tagairtí Cros  

pero el altar de bronce hecho por Besalel, hijo de Urí y nieto de Jur, seguía en Gabaón delante de la morada del Señor, y allí fueron Salomón y la asamblea.


Hizo un altar de bronce de diez metros de largo, diez de ancho y cinco de alto.


pieles de carnero teñidas en rojo, pieles de tejón y maderas de acacia;


el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, la pila con su pie,


Le puso cuernos a sus cuatro lados, formando un solo cuerpo, y lo recubrió de bronce.


Puso el altar de los holocaustos a la entrada del tabernáculo de la tienda de la reunión y en él ofreció el holocausto y la ofrenda, como el Señor le había mandado.


Pondrás el altar de los holocaustos delante del tabernáculo de la tienda de la reunión.


Todos los que el Padre me da vendrán a mí. Al que viene a mí no lo rechazo,


Hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios; éste es el culto que debéis ofrecer.


Tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven en el tabernáculo.


Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será por siempre.


Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús,


¿cuánto más la sangre de Cristo, que por virtud del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras muertas, para servir al Dios vivo?


disponeos como piedras vivientes, a ser edificados en casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer víctimas espirituales agradables a Dios por mediación de Jesucristo;


La ciudad es un cuadrado, y su largura es igual que su anchura. Midió la ciudad con la medida: dos mil doscientos veinte kilómetros: su largura, su anchura y su altura son iguales.