Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Ester 1:8 - Biblia Martin Nieto

El rey había ordenado a los mayordomos de palacio que no obligaran a beber a nadie y que fuesen condescendientes con los deseos de los invitados.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y la bebida era según esta ley: Que nadie fuese obligado a beber; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciese según la voluntad de cada uno.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Por decreto del rey, no había límite de consumo, porque el rey había dado instrucciones a todos los empleados del palacio de que sirvieran a cada hombre cuanto quisiera.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Sin embargo nadie era obligado a beber, porque el rey había ordenado a todos sus sirvientes que respetaran la voluntad de cada uno.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y la bebida era brindada, según lo establecido, sin compulsión para nadie, por cuanto el rey había dispuesto que los funcionarios de su palacio vieran que cada cual hiciera según su propio gusto.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

La bebida se daba por disposición del rey, pero a nadie se le obligaba, pues así lo había mandado el rey a todos los intendentes de su palacio, para que cada cual siguiera sus propios deseos.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y la bebida era según la ley: Sin ninguna obligación; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa; que se hiciese según la voluntad de cada uno.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Ester 1:8
6 Tagairtí Cros  

Las bebidas se servían en copas de oro, todas diferentes, y se ofrecía vino abundante conforme a la esplendidez regia.


La reina Vasti ofreció también un banquete a las mujeres en el palacio de Asuero.


Nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro antepasado Jonadab, hijo de Recab, en todo lo que nos ha ordenado, y así en toda nuestra vida no bebemos vino, ni nosotros, ni nuestras mujeres,


Una copa de oro era Babilonia en las manos del Señor; toda la tierra emborrachaba; de su vino bebieron las naciones, y por eso deliraban.


Añadió: 'Sacad ahora y llevádselo al maestresala'. Y se lo llevaron.