que me granjeó el favor del rey, de sus consejeros y de todos los funcionarios reales más influyentes! Así yo, animado por la ayuda del Señor, mi Dios, convoqué a los israelitas más importantes para que vinieran conmigo.
Esdras 8:31 - Biblia Martin Nieto Por fin partimos del río Ahavá hacia Jerusalén el día doce del primer mes; nuestro Dios nos protegió durante el viaje, y nos libró de toda violencia de enemigos y saqueadores. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y partimos del río Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino. Biblia Nueva Traducción Viviente El 19 de abril, levantamos el campamento junto al canal de Ahava y nos dirigimos a Jerusalén. La bondadosa mano de nuestro Dios nos protegió y nos salvó de enemigos y bandidos a lo largo del camino. Biblia Católica (Latinoamericana) Dejamos el río Ahava para dirigirnos a Jerusalén, el doce del primer mes; la mano de nuestro Dios estaba con nosotros y nos protegió a lo largo del camino de los ataques de los enemigos y salteadores. La Biblia Textual 3a Edicion Partimos entonces del río Ahava el doce del mes primero° para ir a Jerusalem, y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y Él nos libró de mano del enemigo y de los salteadores del camino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El día doce del mes primero partimos del río Ahavá para dirigirnos a Jerusalén. La mano de nuestro Dios estaba con nosotros y nos libró de enemigos y salteadores durante el camino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios fue sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino. |
que me granjeó el favor del rey, de sus consejeros y de todos los funcionarios reales más influyentes! Así yo, animado por la ayuda del Señor, mi Dios, convoqué a los israelitas más importantes para que vinieran conmigo.
Salió de Babilonia el día uno del primer mes, y el día uno del quinto mes, con la ayuda de Dios, llegó a Jerusalén,
Yo los reuní junto al río que corre hacia Ahavá, donde estuvimos acampados tres días. Al pasar revista a la expedición, encontré laicos y sacerdotes, pero ningún levita.
Cuando veáis esto, vuestro corazón se alegrará y vuestros huesos reverdecerán como la hierba. Sí, la mano del Señor se dará a conocer a sus siervos y su cólera a sus enemigos.
y le pidieron como favor que lo trasladara a Jerusalén, mientras preparaban una emboscada para matarlo por el camino.
Pero con la ayuda de Dios me mantengo hasta hoy dando testimonio a chicos y grandes, no afirmando nada fuera de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder: