Éste era el inventario: treinta bandejas de oro y mil de plata, veintinueve cuchillos,
Esdras 8:30 - Biblia Martin Nieto Los sacerdotes y los levitas tomaron la plata, el oro y los utensilios para llevarlos a Jerusalén, al templo de nuestro Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces los sacerdotes y los levitas aceptaron la tarea de transportar esos tesoros de plata y de oro al templo de nuestro Dios en Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces los sacerdotes y los levitas se hicieron cargo de esa plata, de ese oro y de todos esos objetos que habían pesado para llevarlos al Templo de nuestro Dios, en Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Así, los sacerdotes y levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los objetos para llevarlo a Jerusalem, a la Casa de nuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Recibieron, pues, los sacerdotes y los levitas la plata y el oro pe-sados y los demás objetos para llevarlos a Jerusalén, al templo de nuestro Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los sacerdotes, pues, y levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los vasos, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios. |
Éste era el inventario: treinta bandejas de oro y mil de plata, veintinueve cuchillos,
Pues me había avergonzado de solicitar del rey tropa y gente de a caballo para protegernos de eventuales enemigos durante el viaje, después de haber hablado al rey en estos términos: 'La mano de nuestro Dios se extiende para bendecir a todos los que lo buscan; su poder y su furor caen sobre todos los que lo abandonan'.
al cabo de los cuales se pesó la plata, el oro y los utensilios en el templo de nuestro Dios y se entregó todo al sacerdote Merimot, hijo de Urías, a quien acompañaba Eleazar, hijo de Fineés; estaban con ellos los levitas Yozabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuy.
A ti vendrá la gloria del Líbano, con el ciprés, el olmo y el abeto para adornar el lugar de mi santuario y honrar el lugar donde resido.