Cantares 5:14 - Biblia Martin Nieto Sus brazos, barras de oro, engastadas con piedras de Tarsis; su vientre, una masa de marfil guarnecida de zafiros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sus brazos son como barras de oro torneadas, adornados con berilo. Su cuerpo es como marfil reluciente; resplandece de lapislázuli. Biblia Católica (Latinoamericana) Sus manos son aros de oro
adornados con piedras de Tarsis.
Su vientre, marfil pulido,
cubierto de zafiros. La Biblia Textual 3a Edicion Sus brazos como barras de oro Engastados con piedras de Tarsis; Su torso, tallado de marfil, Recubierto de zafiros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sus brazos, torneados en oro, incrustados de piedras de Tarsis. Su vientre, marfil pulimentado, cubierto de zafiros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sus manos, como anillos de oro engastados de berilo; su vientre, como claro marfil cubierto de zafiros. |
La fuerza de un rey está en amar la justicia: tú has fundado el derecho; tú ejerces en Jacob la justicia y el derecho.
Tu diestra, Señor, gloriosa en la potencia; tu diestra, Señor, abate al enemigo.
y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en claridad al mismo cielo.
en la cuarta, un crisólito, un ónice y un jaspe. Todas ellas encajadas en engarces de oro.
en la cuarta, un crisólito, un ónice y un jaspe. Todas ellas encajadas en engarces de oro.
¡Qué bellos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe! Como collares las curvas de tus caderas, obra de las manos de un artista.
He aquí que mi siervo prosperará, se elevará, crecerá y será magnífico.
Oh desdichada, sacudida por la tempestad, desconsolada; yo asentaré tus piedras sobre malaquita y tus cimientos sobre zafiros;
El aspecto de las ruedas, su estructura, resplandecía como el crisólito. Tenían las cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una estuviese en medio de la otra.
Su cuerpo parecía de crisólito, su rostro era como el fulgor del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y sus pies como el destello del bronce bruñido y el rumor de sus palabras como el ruido de una multitud.