El tercer ángel tocó la trompeta, cayó del cielo una gran estrella, ardiente como una llama; cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas.
Apocalipsis 9:18 - Biblia Martin Nieto La tercera parte de los hombres fue exterminada por estas tres plagas, fuego, humo y azufre, que salían de las bocas de los caballos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. Biblia Nueva Traducción Viviente La tercera parte de toda la gente de la tierra murió a causa de estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre ardiente que salían de la boca de los caballos. Biblia Católica (Latinoamericana) La tercera parte de la humanidad fue exterminada por estas tres plagas: fuego, humo y azufre, que salían de la boca de los caballos. La Biblia Textual 3a Edicion Por efecto de estas tres plagas fueron muertos la tercera parte de los hombres: por el fuego, por el humo y por el azufre que salía de la boca de ellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por estas tres plagas murió la tercera parte de los hombres: por el fuego, el humo y el azufre que brotaba de sus fauces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, y por el humo, y por el azufre que salía de su boca. |
El tercer ángel tocó la trompeta, cayó del cielo una gran estrella, ardiente como una llama; cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas.
El nombre de la estrella es ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron por estas aguas, que se habían vuelto amargas.
El cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas quedaron heridas de muerte de tal manera que se oscureció la tercera parte de las mismas y el día perdió una tercera parte de su esplendor, lo mismo que la noche.
El primero tocó la trompeta, y cayó sobre la tierra granizo y fuego mezclado con sangre; la tercera parte de la tierra quedó abrasada, la tercera parte de los árboles quedó abrasada y la tercera parte de la hierba verde quedó abrasada.
El segundo ángel tocó la trompeta, y una enorme mole de brasas, como una montaña, fue lanzada al mar; la tercera parte del mar se convirtió en sangre,
pereció la tercera parte de los seres del mar y la tercera parte de las naves fue destruida.
Y fueron soltados los cuatro ángeles que estaban dispuestos para la hora, el día, el mes y el año, a fin de exterminar a la tercera parte de los hombres.
Así vi a los caballos y a los jinetes: éstos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones, y de su boca salía fuego y azufre.
Porque el poder de los caballos está en sus bocas y en sus colas; sus colas, parecidas a las serpientes, tienen cabezas, de las que se sirven para dañar.