Erasto se quedó en Corinto. A Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.
Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
Erasto° se quedó en Corinto, y a Trófimo° lo dejé enfermo en Mileto.
Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
Erasto se quedó en Corinto; y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.
Después de esto, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; y muchos de los corintios que habían oído a Pablo creyeron y se bautizaron.
Mandó a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, y él se detuvo algún tiempo en Asia.
Seguimos navegando, y al día siguiente nos encontramos frente a Quío; al otro día atracamos en Samos; al siguiente llegamos a Mileto.
Desde Mileto mandó a Éfeso a llamar a los presbíteros de la Iglesia.
Le acompañaban Sópatros, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; y los asiáticos Tíquico y Trófimo.
Y es que habían visto antes a Trófimo de Éfeso con él en la ciudad, y pensaron que Pablo lo había metido en el templo.
Os saluda Gayo, huésped mío y de toda la comunidad.