Pero el justo se asegura en su camino, y el de manos limpias su ánimo redobla.
2 Tesalonicenses 1:3 - Biblia Martin Nieto Hermanos, es nuestro deber y es de justicia dar gracias a Dios por vosotros, por los grandes progresos de vuestra fe y por el amor cada vez más grande que os tenéis unos a otros, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás; Biblia Nueva Traducción Viviente Amados hermanos, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, porque su fe está floreciendo, y el amor de unos por otros, creciendo. Biblia Católica (Latinoamericana) Debemos dar gracias a Dios en todo tiempo por ustedes, hermanos. Es justo hacerlo, ya que siguen progresando en la fe y crece el amor de cada uno a los hermanos. La Biblia Textual 3a Edicion Estamos obligados, hermanos, a dar siempre gracias a Dios por vosotros, porque es justo, pues vuestra fe crece abundantemente, y el amor mutuo de cada uno de todos vosotros abunda, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tenemos que dar gracias a Dios sin cesar por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe se acrecienta con vigor y cada vez es mayor el amor de cada uno de vosotros por los demás. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo sobremanera, y la caridad de cada uno de vosotros, abunda más y más de unos para con otros; |
Pero el justo se asegura en su camino, y el de manos limpias su ánimo redobla.
Al pasar por el valle de las balsameras, lo convertirán en manantiales, y las lluvias otoñales lo llenarán de bendiciones.
La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día.
En cambio, tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Convenía celebrar una fiesta y alegrarse'.
Él corta todos los sarmientos que no dan fruto en mí, y limpia los que dan fruto para que den más.
En primer lugar doy gracias a mi Dios, por medio de Jesucristo, por todos vosotros, porque vuestra fe es conocida en todo el mundo.
No ceso de dar gracias a Dios por la generosidad que ha tenido con vosotros.
No presumo indebidamente de trabajos ajenos; espero que con el progreso de vuestra fe aumentará nuestro trabajo entre nosotros, aunque dentro de los límites que Dios nos ha señalado;
dando siempre gracias por todo a Dios Padre en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en el corazón, ya que compartís conmigo el privilegio de estar preso y de defender y consolidar el evangelio.
Y le pido que vuestro amor crezca cada día más en conocimiento y en discreción,
Que el Señor os haga crecer más y más en el amor entre vosotros y para con todos, como nosotros lo tenemos para con vosotros.
Ahora Timoteo ha regresado de Tesalónica y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de cómo conserváis constantemente un afectuoso recuerdo de nosotros, deseando vivamente vernos, lo mismo que nosotros a vosotros.
¿Cómo podremos agradecer a Dios todo este gozo que nos habéis proporcionado ante nuestro Dios?
En fin, hermanos, os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor, a que os portéis de la manera que os enseñamos para agradar a Dios; ya lo hacíais, pero hacedlo todavía mejor.
Hermanos, respecto de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos
Pero nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos queridos del Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvaros por la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad.
Purificados por la obediencia a la verdad con el fin de llegar a una fraternidad sincera amaos entrañablemente unos a otros,
pues considero un deber estimularos con mis exhortaciones mientras habito en esta tienda de campaña,
creced más bien en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad!