Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí.
2 Samuel 20:20 - Biblia Martin Nieto Joab respondió: '¡Lejos, lejos de mí! Yo no quiero destruir ni devastar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Joab respondió diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga. Biblia Nueva Traducción Viviente Joab contestó: —¡Créame, no quiero devorar ni destruir su ciudad! Biblia Católica (Latinoamericana) Joab respondió: 'De ninguna manera quiero yo destruir ni arruinar. La Biblia Textual 3a Edicion Y Joab respondió y dijo: ¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o destruya! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Joab respondió: '¡Muy lejos de mí aniquilar o destruir! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Joab respondió, diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga. |
Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí.
Nuestra ciudad es de las ciudades pacíficas, fieles e importantes de Israel, y tú intentas destruirla. ¿Por qué quieres destruir la heredad del Señor?'.
No es eso, sino que un hombre de la montaña de Efraín, llamado Sebá, hijo de Bicrí, ha levantado su mano contra el rey David. Entregádmelo a él solo, y yo me alejaré de la ciudad'. La mujer le dijo: 'Mira, te tiraremos su cabeza por encima de la muralla'.
diciendo: '¡Líbreme Dios de hacer tal cosa! ¿Voy a beber yo la sangre de estos hombres que han traído el agua con riesgo de sus vidas?', y no quiso beberla. Esto hicieron los tres héroes.
¿No está en sus propias manos su ventura, y el consejo de los malvados no está lejos de Dios?
Él les llenaba sus casas de riquezas, pero estaba alejado de sus planes perversos.
El que oculta sus faltas no prosperará, el que las reconoce y las abandona obtendrá misericordia.
El corazón es complejo más que toda otra cosa y perverso: ¿quién lo conoce a fondo?
Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: '¿Quién es mi prójimo?'.