El rey le preguntó: '¿No está contigo la mano de Joab en todo este asunto?'. La mujer respondió: 'Por tu vida, que no se desvía a la derecha o a la izquierda nada de cuanto dice mi señor, el rey: Tu mismo siervo Joab es quien me ha mandado y me ha indicado todo lo que tenía que decirte.
y los mandé al jefe Idó, en Casifías, y les indiqué lo que debían decirle a él y a sus hermanos, establecidos en Casifías: que nos mandaran ministros para el templo de nuestro Dios.
He puesto mis palabras en tu boca y te he ocultado con la sombra de mi mano, al desplegar los cielos y fundar la tierra y decir a Sión: 'Mi pueblo res tú'.
En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre.