Urías se acostó a la puerta del palacio con los servidores de su señor y no fue a su casa.
2 Samuel 11:13 - Biblia Martin Nieto Al día siguiente David le invitó a comer y beber con él, y Urías se emborrachó; por la tarde salió a acostarse en su cama con los servidores de su señor, pero no fue a su casa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. Biblia Nueva Traducción Viviente David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real. Biblia Católica (Latinoamericana) David lo invitó a su mesa a comer y a tomar y lo emborrachó. Sin embargo, Urías tampoco bajó a su casa esa noche; se acostó con los sirvientes de su señor. La Biblia Textual 3a Edicion Después David lo mandó a llamar, y comió y bebió ante él. Y él hizo que se embriagara, pero al anochecer fue a acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Urías salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David lo invitó, y le hizo comer y beber delante de sí, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. |
Urías se acostó a la puerta del palacio con los servidores de su señor y no fue a su casa.
Absalón dijo: 'Permite, al menos, que venga con nosotros mi hermano Amnón'. El rey respondió: '¿Por qué ha de ir contigo?'.
Moisés dijo a Aarón: '¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas acarreado sobre él tan gran pecado?'.
El vino es pendenciero, los licores insolentes; el que en ellos se pierde no es sabio.
¿Para quién los ayes?, ¿para quién los lamentos?, ¿para quién las disputas?, ¿para quién las quejas?, ¿para quién las heridas sin motivo?, ¿para quién los ojos amoratados?
¡Ay del que da de beber a su prójimo y le echa veneno hasta embriagarle para contemplar su desnudez!