Los hombres de la ciudad de Nabot, los ancianos y los nobles conciudadanos suyos hicieron lo que les había mandado Jezabel, tal y como estaba escrito en las cartas que les había enviado.
2 Reyes 9:33 - Biblia Martin Nieto y él les dijo: 'Tiradla abajo'. La tiraron, y su sangre salpicó la pared y a los caballos, que la pisotearon. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron; y parte de su sangre salpicó en la pared, y en los caballos; y él la atropelló. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Tírenla abajo!», gritó Jehú. Así que la arrojaron por la ventana, y su sangre salpicó la pared y los caballos; y Jehú pisoteó el cuerpo de Jezabel con las patas de sus caballos. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: '¡Láncenla por la ventana!' Y la lanzaron. Su sangre salpicó el muro y los caballos que pasaban la pisotearon. La Biblia Textual 3a Edicion Y él les dijo: ¡Echadla abajo! Y la echaron abajo, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y él la pisoteó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y él les dijo: '¡Echadla abajo!'. Y la echaron abajo. Su sangre salpicó la pared y los caballos, que la pisotearon. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron abajo; y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos; y él la atropelló. |
Los hombres de la ciudad de Nabot, los ancianos y los nobles conciudadanos suyos hicieron lo que les había mandado Jezabel, tal y como estaba escrito en las cartas que les había enviado.
¿No he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? Oráculo del Señor. Pues en esta heredad te daré tu merecido: Oráculo del Señor. Por tanto, agárralo y tíralo a la heredad, conforme a la palabra del Señor'.
Jehú levantó su rostro hacia la ventana y exclamó: '¿Quién está conmigo? ¿Quién?'. Se asomaron dos o tres eunucos,
Él entró, y después de haber comido y bebido, ordenó: 'Id a ver a esa maldita y sepultadla, porque es hija de reyes'.
Pues la mano del Señor reposa sobre esta montaña. Moab, en cambio, es pisoteado en su sitio, como se pisa la paja en el muladar.
El Señor despreció a todos mis valientes de en medio de mi seno; convocó contra mí una asamblea, para extirpar a mis mejores; ha estrujado el Señor en lagar a la virgen hija de Judá.
Vendrá entonces mi enemiga, cubierta de vergüenza; ella que me decía: '¿Dónde está el Señor, tu Dios?'. Mis ojos se saciarán de mirarla cuando sea pisoteada como el lodo de las calles.
Serán como héroes en la batalla que pisan el polvo de las calles; pelearán porque el Señor está con ellos, y los jinetes serán cubiertos de vergüenza.
'Vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Para nada vale ya, sino para tirarla a la calle y que la gente la pise'.
¿de cuánto mayor castigo pensáis vosotros que será digno quien haya pisoteado al Hijo de Dios y haya tratado como cosa profana la sangre de la alianza por la cual fue santificado, y haya ultrajado el Espíritu de la gracia?