Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Reyes 18:30 - Biblia Martin Nieto

ni os haga confiar en el Señor, diciendo: El Señor nos librará y no entregará esta ciudad en manos del rey de Asiria.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

No permitan que los haga confiar en el Señor diciéndoles: ‘Con toda seguridad el Señor nos librará. ¡Esta ciudad nunca caerá en manos del rey asirio!’.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Que no les diga: 'Confíen en Yavé, pues seguramente Yavé nos librará y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asur'.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y que Ezequías no os haga confiar en YHVH, diciendo: Ciertamente YHVH nos librará, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No os infunda Ezequías confianza en Yahveh, diciendo: 'Con toda certeza nos librará Yahveh, y no entregará esta ciudad en manos del rey de Asiria'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: De cierto nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Reyes 18:30
16 Tagairtí Cros  

Esto dice el rey: Que Ezequías no os engañe, pues no podrá libraros de mi mano,


No escuchéis a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: Haced la paz conmigo y entregaos a mí, y así podrá comer cada uno los frutos de su viña y de su higuera y beber el agua de su cisterna


'Así debéis hablar a Ezequías, rey de Judá: No te engañe tu Dios, en quien confías, diciéndote que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.


¿A quién has injuriado y ultrajado, o contra quién has alzado la voz? Has levantado tus ojos al cielo contra el Santo de Israel.


y éste les respondió: 'Decid a vuestro señor: Esto dice el Señor: No te asustes por las palabras que has oído, con las cuales me han insultado los siervos del rey de Asiria.


cuántos los que dicen de mi vida: 'Ya ni Dios lo salva'.


Cuando te invoco, tú me atiendes, oh Dios de mi justicia, en la angustia me alivias; ten piedad, escucha mi oración.


Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, y a lo largo del día me repiten: '¿Dónde está tu Dios?'.


dicen: 'Dios lo ha desamparado, perseguidlo, apresadlo, pues no hay quien lo defienda'.


No me rechaces ahora que soy viejo, no me abandones cuando me faltan ya las fuerzas.


Confiaba en Dios. Que lo libre ahora, si es que lo ama, puesto que ha dicho: Soy hijo de Dios'.


El pueblo estaba mirando. Las mismas autoridades se burlaban, diciendo: 'Ha salvado a otros; que se salve a sí mismo si es el mesías de Dios, el elegido'.