El año noveno de su reinado, el día décimo del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió; y construyeron un muro de asedio alrededor.
2 Crónicas 36:11 - Biblia Martin Nieto Sedecías tenía veintiún años cuando subió al trono, y reinó once años en Jerusalén. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Sedequías tenía veintiún años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén once años. Biblia Católica (Latinoamericana) Sedecías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Sedequías era de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Veintiún años tenía Sedecías cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Veintiún años tenía Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. |
El año noveno de su reinado, el día décimo del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió; y construyeron un muro de asedio alrededor.
y después en tiempos de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, hasta la deportación de Jerusalén, en el mes quinto.
Al comienzo del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, fue dirigida a Jeremías de parte del Señor esta palabra.
Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes del año cuarto, el profeta Ananías, hijo de Azur, natural de Gabaón,me dijo en el templo del Señor delante de los sacerdotes y de todo el pueblo:
Pues bien, esto dice el Señor acerca del rey que se sienta en el trono de David y de todo el pueblo que habita esta ciudad, hermanos vuestros que no fueron deportados como vosotros.
Esto dice el Señor, Dios de Israel: Vete a hablar a Sedecías, rey de Judá, y dile: Esto dice el Señor: Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, que la prenderá fuego.
Pero ni él, ni sus servidores, ni el pueblo del país escucharon las palabras que el Señor pronunció por medio del profeta Jeremías.