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2 Crónicas 34:19 - Biblia Martin Nieto

Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras

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Biblia Reina Valera 1960

Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el rey oyó lo que estaba escrito en la ley, rasgó su ropa en señal de desesperación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando el rey escuchó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y aconteció que cuando el rey escuchó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestiduras

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestiduras;

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2 Crónicas 34:19
14 Tagairtí Cros  

Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió de saco y entró en el templo del Señor.


Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras


Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado delante del Señor al oír las palabras con que él ha amenazado a este lugar y a sus habitantes, el terror y la maldición, y haber llorado delante de mí, yo también te he escuchado, dice el Señor.


Después le comunicó la noticia: 'El sacerdote Jelcías me ha dado este libro'. Y Safán lo leyó en presencia del rey.


y ordenó a Jelcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Miqueas, a Safán, el secretario, y a Asayas, cortesano del rey:


Entonces Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote-escriba, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: 'Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes, no lloréis'. Porque todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley.


desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos; volved al Señor, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, lento a la ira, lleno de lealtad y no le gusta hacer daño.


Porque por las obras de la ley no será justificado mortal alguno delante de él; pues por la ley tenemos solamente el conocimiento del pecado.


Pues yo, por la ley, he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo;


Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra delante del arca del Señor hasta la tarde, y con él los ancianos de Israel; todos se echaron polvo sobre sus cabezas.