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2 Crónicas 30:25 - Biblia Martin Nieto

Toda la asamblea de Judá, sacerdotes, levitas, todos los que habían venido de Israel, los extranjeros que habían venido de Israel, y los residentes en Judá, estaban rebosantes de alegría.

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Biblia Reina Valera 1960

Se alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los forasteros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Toda la asamblea de Judá se alegró, incluidos los sacerdotes, los levitas, todos los que habían venido del territorio de Israel, los extranjeros que vinieron al festival y todos los que vivían en Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Toda la asamblea de Judá, los sacerdotes y los levitas, y también toda la asamblea que había venido de Israel y los forasteros venidos de la tierra de Israel, lo mismo que los que vivían en Judá, estaban muy alegres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y toda la asamblea de Judá se regocijó con los sacerdotes, los levitas, y todo el pueblo que había venido de Israel, tanto los peregrinos procedentes de la tierra de Israel como los residentes de Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tanto la asamblea entera de Judá como los sacerdotes y levitas y toda la multitud de los que habían venido de Israel, así como los forasteros llegados de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá, se llenaron de alegría.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y los levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá.

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2 Crónicas 30:25
7 Tagairtí Cros  

Salomón hizo el censo de todos los extranjeros residentes en Israel, después del que había hecho su padre David, y salieron 153.600.


Sólo algunos de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén.


Un gran número de personas de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón no se habían purificado, es decir, comieron la víctima pascual sin conformarse a lo prescrito, pero Ezequías oró por ellos así: 'El Señor, que es bueno, perdone


Ojalá le agrade mi poema, pues sólo en él encuentro mi alegría.


con el laúd y con el arpa y al son de la cítara,