Los de Israel quedaron humillados, mientras que los de Judá cobraron nuevas fuerzas, porque se habían apoyado en el Señor, Dios de sus padres.
2 Crónicas 14:10 - Biblia Martin Nieto Asá invocó al Señor, su Dios: 'Señor, solamente tú puedes acudir en auxilio del débil frente al poderoso. Ven en nuestro auxilio, Señor, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre venimos a enfrentarnos con esta horda. Señor, tú eres nuestro Dios; no permitas que el hombre prevalezca contra ti'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. Biblia Nueva Traducción Viviente por eso Asa desplegó sus ejércitos para la batalla en el valle al norte de Maresa. Biblia Católica (Latinoamericana) Asá invocó a Yavé su Dios, y dijo: 'Oh Yavé, puedes ayudar al desvalido como al poderoso. ¡Ayúdanos, pues, Yavé Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! Yavé, tú eres nuestro Dios: ¡No prevalezca contra ti hombre alguno!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Asa salió contra él, y dispusieron la batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Invocó entonces Asá a Yahveh, su Dios, diciendo: '¡Oh Yahveh! Nadie como tú puede prestar ayuda en la lucha entre un poderoso y un desvalido. Socórrenos, Yahveh, Dios nuestro, pues en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esa muchedumbre Yahveh, tú eres nuestro Dios; no prevalezca hombre alguno contra ti'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. |
Los de Israel quedaron humillados, mientras que los de Judá cobraron nuevas fuerzas, porque se habían apoyado en el Señor, Dios de sus padres.
Asá le salió al encuentro y se alineó en orden de batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresá.
Dios lo asistió contra los filisteos, contra los árabes, contra los habitantes de Gur Baal y contra los meunitas.
El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al cielo.
Con él no hay más que brazos de carne; con nosotros está el Señor, nuestro Dios, pronto a socorrernos y combatir nuestros combates'. El pueblo cobró ánimo con las palabras de Ezequías, rey de Judá.
Unos confían en los carros, otros en los caballos, nosotros en el nombre del Señor, nuestro Dios;
Levántate, Señor, que el hombre no se engría, sean las gentes juzgadas ante ti;
Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y los carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo de ello, pues el Señor, tu Dios, está contigo, el mismo que te sacó de Egipto.
Después Judá fue con Simeón, su hermano, y derrotaron a los cananeos que vivían en Sefat, y entregaron al exterminio la ciudad. Por eso aquella ciudad se llamó Jormá.
Jonatán dijo a su escudero: 'Vamos, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos. Quién sabe lo que el Señor hará por nosotros, porque nada impide al Señor dar la victoria con muchos o pocos'.
David le respondió: 'Tú vienes contra mí con espada, lanza y venablo; pero yo voy contra ti en nombre del Señor todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.