era el más famoso de los treinta, pero no llegó a los tres. David le puso al frente de su guardia personal.
2 Crónicas 12:10 - Biblia Martin Nieto El rey Roboán hizo en su lugar otros escudos de bronce, que entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Tiempo después, el rey Roboam los reemplazó con escudos de bronce y los confió al cuidado de los comandantes de la guardia, quienes protegían la entrada del palacio real. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce que confió a los jefes de la guardia que custodiaban la entradade la casa del rey. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los puso a cargo de los capitanes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa real. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Para reemplazarlos, el rey Roboán hizo escudos de bronce y se los entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó en manos de los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey. |
era el más famoso de los treinta, pero no llegó a los tres. David le puso al frente de su guardia personal.
El rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido, empleando unos siete kilos de oro por escudo,
El rey Roboán hizo en su lugar otros escudos de bronce, que entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real.
Fue el más famoso de los treinta, pero no llegaba a los tres. David lo puso a la cabeza de su guardia personal.
siempre que el rey iba al templo del Señor la guardia los llevaba, y luego los volvían a poner en la sala de la guardia.
Sesac, rey de Egipto, atacó a Jerusalén y se apoderó de los tesoros del templo del Señor y del palacio real; todo se lo llevó, incluso los escudos de oro que había hecho el rey Salomón.
¡Ay, cómo se ha deslucido el oro, se ha alterado el oro tan fino! ¡Están esparcidas las piedras sagradas por las esquinas de todas las calles!