Absalón y todos los israelitas dijeron: 'El consejo de Jusay, el arquita, es mejor que el de Ajitófel'. El Señor había decidido traer la ruina sobre Absalón.
2 Crónicas 10:15 - Biblia Martin Nieto El rey no dio oídos al pueblo, porque así lo había dispuesto el Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor había anunciado por medio de Ajías de Silo a Jeroboán, hijo de Nabat. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y no escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que Jehová cumpliera la palabra que había hablado por Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, el rey no prestó atención al pueblo. Este giro en la historia ocurrió por voluntad de Dios, porque cumplía el mensaje que el Señor le había dado a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio del profeta Ahías de Silo. Biblia Católica (Latinoamericana) No escuchó el rey al pueblo, pues se trataba de una intervención de Dios para dar cumplimiento a la promesa que Yavé había hecho a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Silo. La Biblia Textual 3a Edicion Así el rey no escuchó al pueblo, porque era designio de Dios,° para que YHVH cumpliera su palabra dicha por medio de Ahías silonita a Jeroboam ben Nabat.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 No escuchó, pues, el rey al pueblo, porque así estaba dispuesto por Dios, para que se cumpliese la palabra que Yahveh había anunciado, por medio de Ajías de Siló, a Jeroboán, hijo de Nebat. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y no escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que Jehová cumpliera su palabra que Él había hablado, por Ahías silonita, a Jeroboam, hijo de Nabat. |
Absalón y todos los israelitas dijeron: 'El consejo de Jusay, el arquita, es mejor que el de Ajitófel'. El Señor había decidido traer la ruina sobre Absalón.
El rey no dio oídos al pueblo, porque así lo había dispuesto el Señor para que se cumpliera la palabra que el Señor había anunciado por medio de Ajías, el de Silo, a Jeroboán, hijo de Nabat.
Esto dice el Señor: No vayáis a luchar con vuestros hermanos, los israelitas. Volveos a vuestras casas, pues esto ha sucedido porque yo lo he querido'. Ellos obedecieron la voz del Señor, y se volvieron, como lo ordenaba el Señor.
Y el Señor decía: ¿Quién seducirá a Ajab, para que vaya y muera en Ramot de Galaad? Y uno proponía una cosa y otro otra.
y les habló de esta manera: 'Mi padre os puso un yugo muy pesado, yo lo haré más pesado todavía; mi padre os castigó con azotes, yo os castigaré con latigazos'.
Esto dice el Señor: No vayáis a luchar contra vuestros hermanos; volveos a vuestras casas, pues esto ha sucedido porque yo lo he querido'. Ellos obedecieron la voz del Señor, y se volvieron sin luchar contra Jeroboán.
Dios tenía prevista esta visita a Jorán para ruina de Ocozías; pues, a su llegada, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien el Señor había ungido para exterminar a la casa de Ajab.
El resto de la historia de Salomón, desde el principio al fin, está escrito en las crónicas de Natán, profeta, en la profecía de Ajías de Silo y en la visión de Idó, el vidente, sobre Jeroboán, hijo de Nabat.
El Señor ha vertido en medio de ellos un espíritu de vértigo, y descarrían a Egipto en todas sus acciones, como se tambalea un borracho que vomita.
Por eso se dijeron: 'No debemos partirla; echémosla a suertes a ver a quién le toca'. Para que se cumpliera la Escritura: Se repartieron mis vestidos y echaron a suertes mi túnica. Es cabalmente lo que hicieron los soldados.
Conforme al plan proyectado y previsto por Dios, os lo entregaron, y vosotros lo matasteis crucificándolo por manos de los paganos;
para hacer lo que tu poder y tu sabiduría habían determinado que se hiciera.
Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por sus dominios, pues el Señor, tu Dios, había hecho inflexible su espíritu y había endurecido su corazón, con el fin de ponerlo en tus manos, como aún lo está hoy.
Sus padres no sabían que lo había dispuesto así el Señor, el cual buscaba un pretexto para atacar a los filisteos, que, por entonces, oprimían a Israel.
Si peca un hombre contra otro hombre, Dios puede intervenir en su favor; pero si un hombre peca contra el Señor, ¿quién intercederá por él?'. Pero ellos no hicieron caso a su padre, porque el Señor había decidido que muriesen.