Quería, con esto, poner de manifiesto durante muchos días, ciento ochenta exactamente, la riqueza y gloria de su imperio, el fasto y esplendor de su magnificencia.
1 Tesalonicenses 2:6 - Biblia Martin Nieto nunca hemos buscado honores, ni de vosotros ni de nadie. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie. Biblia Católica (Latinoamericana) Tampoco buscamos que la gente nos rindiera honores, fueran ustedes u otros, La Biblia Textual 3a Edicion ni buscamos gloria de hombres; ni de vosotros ni de otros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jamás buscamos la gloria humana: ni la vuestra ni la de los demás. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. |
Quería, con esto, poner de manifiesto durante muchos días, ciento ochenta exactamente, la riqueza y gloria de su imperio, el fasto y esplendor de su magnificencia.
y les habló largamente de sus riquezas fabulosas, del número de sus hijos y de la estima que el rey le había concedido, engrandeciéndolo por encima de todos sus príncipes y cortesanos. Y añadió:
La sentencia contra Nabucodonosor se ejecutó inmediatamente: fue expulsado de la sociedad humana, comenzó a comer hierba como los bueyes y su cuerpo fue bañado por el rocío del cielo hasta que sus cabellos llegaron a crecerle como las plumas del águila y las uñas como las de las aves.
¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único?
El que habla por su propia cuenta busca su propio honor; pero el que busca el honor del que lo ha enviado es veraz, y en él no hay injusticia.
Por eso escribo esto ahora que estoy ausente, para que cuando esté presente no tenga que proceder con severidad, en virtud del poder que el Señor me ha dado para edificar y no para destruir.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús.
¿A quién busco agradar, a los hombres o a Dios? Si tratara de agradar a los hombres, no agradaría a Dios
No busquemos la vanagloria, provocándonos mutuamente y teniendo envidia unos a otros.
Ni los mismos circuncidados guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis para presumir de que ellos os obligaron a hacerlo.
Hermanos, recordad nuestros trabajos y fatigas; cómo trabajábamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el evangelio de Dios.
Los presbíteros que cumplen bien su misión son merecedores de una doble remuneración, especialmente los que se ocupan de la predicación y la enseñanza.