y después de haber engendrado a Matusalén, siguió los caminos de Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas.
1 Tesalonicenses 2:12 - Biblia Martin Nieto y así os exhortábamos, os animábamos y os alentábamos a llevar una vida digna de Dios, que os llama a su reino y a su gloria. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente Les rogamos, los alentamos y les insistimos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria. Biblia Católica (Latinoamericana) los animábamos y los urgíamos a que llevasen una vida digna del Dios que los ha llamado a su propio Reino y gloria. La Biblia Textual 3a Edicion os exhortábamos y consolábamos, y os insistíamos° que anduvierais como es digno de Dios, que os llama° a su propio reino y gloria. Biblia Serafín de Ausejo 1975 exhortándoos y animándoos y conjurándoos a llevar una vida digna del Dios que os llama a su reino y a su gloria. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria. |
y después de haber engendrado a Matusalén, siguió los caminos de Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas.
sino que buscó al Dios de su padre y vivió según sus preceptos, sin imitar para nada la conducta de Israel.
Y sabemos que Dios ordena todas las cosas para bien de los que le aman, de los que han sido elegidos según su designio.
Y a los que predestinó, los llamó; y a los que llamó, los justificó; y a los que justificó, los hizo partícipes de su gloria.
Dios es fiel y él os ha llamado a vivir en unión con su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.
Yo os digo: Dejaos conducir por el Espíritu, y no os dejéis arrastrar por las apetencias de la carne.
Yo -que estoy preso por la causa del Señor- os pido que caminéis de una manera digna de la vocación que habéis recibido.
Vivid en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros a Dios como ofrenda y sacrificio de olor agradable.
Antes erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz
Os pido sobre todo que viváis una vida digna del evangelio de Cristo para que, sea que vaya y lo vea, sea que ausente lo oiga, perseveréis firmes en un mismo espíritu, luchando con una sola alma por la fe del evangelio,
y os comportéis de una manera digna del Señor, intentando complacerle en todo, fructificando en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios,
En fin, hermanos, os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor, a que os portéis de la manera que os enseñamos para agradar a Dios; ya lo hacíais, pero hacedlo todavía mejor.
Así llevaréis una vida honrada a los ojos de los de fuera y no tendréis necesidad de nadie.
cuando aquel día se presente glorioso entre los suyos y admirable para todos los que creyeron. Ahora bien, vosotros habéis recibido nuestro testimonio.
que nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no por nuestras obras, sino por pura voluntad suya y por la gracia que nos ha dado en Cristo Jesús, desde toda la eternidad,
Vosotros, por el contrario, sois linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las grandezas del que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa,
no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición.
El Dios de toda gracia que os llamó en Cristo a su eterna gloria, él mismo os perfeccionará después de un breve padecer, os confirmará, os fortalecerá y os consolidará.
El poder divino nos ha otorgado todo lo necesario para la vida y la piedad, dándonos a conocer al que nos ha llamado por su propia gloria y su grandeza.
En esto sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que está unido debe comportarse como él se comportó.
ellos han dado público testimonio de tu amor ante la Iglesia. Harás muy bien en darles todo lo que necesiten para el viaje, como Dios se merece.