todos los valientes se pusieron en marcha, tomaron los cuerpos de Saúl y sus hijos, los llevaron a Yabés, los sepultaron bajo la encina de Yabés y ayunaron durante siete días.
1 Samuel 31:12 - Biblia Martin Nieto todos los valientes se pusieron en marcha, caminaron toda la noche y quitaron el cadáver de Saúl y de sus hijos de la muralla de Betsán, los llevaron a Yabés y allí los quemaron. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. Biblia Nueva Traducción Viviente todos los valientes guerreros viajaron toda la noche hasta Bet-sán y bajaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos de la muralla. Llevaron los cuerpos a Jabes, donde los incineraron. Biblia Católica (Latinoamericana) los más valientes de entre ellos salieron y caminaron toda la noche. Retiraron de las murallas de Bet-seán los cuerpos de Saúl y de sus hijos, regresaron a Yabés y los quemaron. La Biblia Textual 3a Edicion se levantaron todos los hombres de valor y anduvieron toda aquella noche, y bajaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Bet-sán, y fueron a Jabes y los quemaron allí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los más valientes de entre ellos se pusieron en marcha, caminaron durante toda la noche y, tomando el cadáver de Saúl y los de sus hijos de los muros de Betsán, los llevaron a Yabés, donde los quemaron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-seán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. |
todos los valientes se pusieron en marcha, tomaron los cuerpos de Saúl y sus hijos, los llevaron a Yabés, los sepultaron bajo la encina de Yabés y ayunaron durante siete días.
Fue enterrado en el sepulcro que se había mandado hacer en la ciudad de David.
morirás en paz; y así como se quemaron perfumes en honor de tus antepasados, los reyes que te han precedido, así también en tu honor se quemarán y se hará esta lamentación por ti: '¡Ay, Señor!'. Soy yo quien te lo anuncio -dice el Señor-.
El pariente que saque los cadáveres de la casa dirá al que está dentro de ella: '¿Hay alguno contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. Él dirá: '¡Silencio!'. No pronunciemos el nombre del Señor.
Pusieron sus armas en el templo de Astarté y colgaron su cadáver en las murallas de Betsán.