Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




1 Samuel 29:4 - Biblia Martin Nieto

Pero los jefes de los filisteos se indignaron contra él y le dijeron: 'Haz que ese hombre vuelva al lugar que le has asignado. Que no venga con nosotros a la guerra, no sea que se vuelva contra nosotros en el combate. ¿Cómo podría este hombre congraciarse con su señor, mejor que con la cabeza de nuestros hombres?

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres?

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero los comandantes filisteos se enojaron. —¡Envíalo de vuelta a la ciudad que le diste! —le exigieron—. No puede ir con nosotros a la batalla. ¿Y si se vuelve contra nosotros durante la batalla y se convierte en nuestro adversario? ¿Qué mejor manera de reconciliarse con su amo que entregándole nuestras cabezas?

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los jefes de los filisteos se enojaron con Aquis y le dijeron: '¡Despide a ese hombre y que vuelva al lugar de donde vino! Que no venga con nosotros a la batalla pues bien podría volverse en contra nuestra. ¿De qué otra manera podría comprar el perdón de su amo sino con las cabezas de nuestros hombres?'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron los príncipes de los filisteos: Manda de vuelta al hombre para que regrese al lugar que le asignaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva adversario. Pues, ¿con qué podría hacerse él aceptable a su señor? ¿No sería con las cabezas de estos hombres?

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se irritaron contra él los jefes de los filisteos y le dijeron: 'Despide a ese sujeto y que regrese al lugar que le señalaste; que no venga con nosotros a la batalla, no sea que se convierta en nuestro adversario a la hora de combatir. Pues ¿qué medio mejor para captarse la benevolencia de su amo que ofrecerle las cabezas de estos hombres?

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Envía a este hombre, que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres?

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



1 Samuel 29:4
8 Tagairtí Cros  

El espíritu se apoderó de Amasay, jefe de los treinta, que dijo: '¡Somos tuyos, David. Estamos contigo, hijo de Jesé. La paz, la paz contigo y con los tuyos, porque tu ayuda es Dios!'. David los recibió y los puso entre los jefes de tropa.


También de la tribu de Manasés se unieron algunos a David cuando iba con los filisteos a luchar contra Saúl; pero no llegó a luchar contra él, pues los príncipes de los filisteos decidieron despedirle diciendo: 'Se pasaría a Saúl, con peligro de nuestras cabezas'.


Obremos cautamente con él para que no siga multiplicándose, no vaya a suceder que venga una guerra, se unan con nuestros enemigos, luchen contra nosotros y logren salir del país'.


El amo alabó al administrador infiel, porque había actuado con sagacidad. Pues los hijos del mundo son más sagaces en sus relaciones que los hijos de la luz.


Los hebreos que estaban antes con los filisteos y habían subido con ellos al campamento se volvieron también para ponerse al lado de los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.


Aquel mismo día Aquís le dio Sicelag. Por eso Sicelag pertenece al rey de Judá hasta el día de hoy.


Aquís le respondió: 'Bien sabes que eres grato a mis ojos como un ángel de Dios; pero los jefes de los filisteos han dicho: Que no vaya con nosotros a la guerra.


Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Sicelag, los amalecitas habían hecho una incursión contra el Negueb y contra Sicelag. Habían devastado Sicelag y le habían prendido fuego.