Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




1 Reyes 8:24 - Biblia Martin Nieto

Tú has cumplido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre; tus manos han realizado lo que tus labios habían prometido, como hoy se ve.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Mantuviste la promesa que habías hecho a tu servidor David, mi padre, y hoy has llevado a cabo por ti mismo lo que habías prometido.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Tú has cumplido lo que prometiste a tu siervo David mi padre. Con tu boca lo hablaste, y con tu mano lo has cumplido, como en este día.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

tú, que has mantenido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre, tú has cumplido hoy con tus manos lo que prometiste con tu boca.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le dijiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede este día.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



1 Reyes 8:24
9 Tagairtí Cros  

pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres, haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas, y lo confirmaré en el reino.


Tu casa y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre'.


y añadió: 'Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha cumplido con su propia mano lo que con su boca había prometido a mi padre David diciendo:


dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.


Ahora, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: No te faltará nunca en mi presencia un varón que se siente sobre el trono de Israel, con tal que tus hijos se porten bien y sigan mis caminos como lo has hecho tú.


Yo me postro hacia tu santo templo, doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tus promesas superan tu renombre.


Ninguna de las promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel cayó en el vacío; todas se cumplieron.


Manóaj se levantó, siguió a su mujer, llegó donde estaba el hombre y le dijo: '¿Eres tú el que ha hablado a esta mujer?'. Él respondió: 'Yo soy'.