Y el altar se partió y la ceniza se derramó del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por orden del Señor.
1 Reyes 17:16 - Biblia Martin Nieto La tinaja de harina no se vació, ni disminuyó la orza del aceite, según la promesa que el Señor había hecho por medio de Elías. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías. Biblia Nueva Traducción Viviente Siempre había suficiente harina y aceite de oliva en los recipientes, tal como el Señor lo había prometido por medio de Elías. Biblia Católica (Latinoamericana) La harina del tiesto no se acabó y el aceite del cántaro no se terminó, según la palabra que Yavé había dicho por boca de Elías. La Biblia Textual 3a Edicion La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que YHVH había hablado por medio de Elías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 sin que se acabara la harina en la orza, ni se agotara el aceite en la alcuza, conforme al oráculo que Yahveh había pronunciado por medio de Elías. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la botija del aceite, conforme a la palabra de Jehová que había dicho por Elías. |
Y el altar se partió y la ceniza se derramó del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por orden del Señor.
Fue e hizo lo que Elías le había dicho, y tuvieron para comer él, ella y toda su casa durante algún tiempo.
Después de algún tiempo el hijo del ama de la casa cayó gravemente enfermo y murió.
Lavaron el carro en la alberca de Samaría, los perros lamieron la sangre del rey y las prostitutas se bañaron en ella, como había dicho el Señor.
Ocozías murió como había dicho el Señor por medio de Elías. Le sucedió en el trono su hermano Jorán, el año segundo de Jorán, hijo de Josafat, rey de Judá, pues Ocozías no tenía hijos.
Entonces bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como había dicho el hombre de Dios, y su cuerpo quedó limpio como el de un niño.
Jesús los miró y les dijo: 'Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible'.
se acercó a él una mujer con un vaso de alabastro de un perfume muy caro, y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba puesto a la mesa.
¡Dichosa tú que has creído que se cumplirán las cosas que te ha dicho el Señor!'.