Hijos de Sibeón: Ayá y Aná. Este Aná es el que encontró en el desierto los manantiales de agua caliente mientras apacentaba el ganado de Sibeón, su padre.
1 Reyes 10:25 - Biblia Martin Nieto y todos traían presentes, objetos de oro y plata, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos. Esto todos los años. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y todos le llevaban cada año sus presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos. Biblia Nueva Traducción Viviente Año tras año, cada visitante le llevaba regalos de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos y mulas. Biblia Católica (Latinoamericana) Cada cual traía su regalo, objetos de plata y objetos de oro, trajes, armaduras, perfumes, caballos y mulas; y esto era año tras año. La Biblia Textual 3a Edicion Y año tras año, todos ellos le llevaban su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos le llevaban presentes: objetos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y así año tras año. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todos le llevaban cada año sus presentes; vasos de oro, vasos de plata, vestiduras, armas, aromas, caballos y mulos. |
Hijos de Sibeón: Ayá y Aná. Este Aná es el que encontró en el desierto los manantiales de agua caliente mientras apacentaba el ganado de Sibeón, su padre.
envió a su hijo Hadorán al rey David para saludarlo y felicitarlo por haber atacado y haber vencido a Hadadézer, pues Tou estaba en guerra con Hadadézer. Hadorán llevaba consigo objetos de plata, de oro y de bronce, que
Derrotó también a los moabitas, los hizo echarse a tierra y los midió con la cuerda. Condenó a muerte dos medidas de cuerda y dejó con vida una medida completa. Los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaron tributo.
y él les ordenó: 'Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor, montad a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y llevadlo a Guijón.
Luego ofreció al rey cuatro mil kilos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón.
Ajab dijo a Abdías: 'Vamos a recorrer el país en busca de fuentes de agua y de arroyos, por si podemos encontrar pasto para mantener caballos y mulos, y no mueran todos los animales'.
Salomón dominaba en todos los reinos, desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta los confines de Egipto; todos le pagaron tributo y estuvieron sometidos a él mientras vivió.
El rey de Asiria descubrió que Oseas le traicionaba - pues había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no le pagaba el tributo anual-, por lo que mandó prenderlo y meterlo en la cárcel.
Los amonitas pagaron tributo a Ozías, y su fama se extendió hasta las fronteras de Egipto, porque había llegado a ser poderosísimo.
y todos traían presentes: objetos de oro y plata, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos. Esto todos los años.
Tenían, además, setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos,
Las cartas se escribieron en nombre del rey Asuero, se sellaron con su anillo y se mandaron por correo, en veloces caballos de las caballerizas reales.
En caballos del rey salieron presurosos los correos, conforme a la orden del rey, y el decreto fue también publicado en la ciudad de Susa.
Todos sus hermanos, hermanas y antiguos conocidos fueron a visitarle; celebraron un banquete con él en su casa, lo compadecieron y consolaron por todo el mal que el Señor había descargado sobre él, y cada uno le regaló una moneda de plata y un anillo de oro.
Oh Dios, despliega tu poder, confirma, oh Dios, lo que has hecho por nosotros.
los reyes de Tarsis y las islas le traerán presentes, los reyes de Arabia y de Sabá le pagarán tributo;
¡Viva el rey! Le traerán oro de Arabia, se rezará por él constantemente, se le estará bendiciendo todo el día.
No escuchéis a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: Haced la paz conmigo, venid a mí y cada uno de vosotros comerá el fruto de su viña y de su higuera; cada uno beberá el agua de su pozo,
Y traerán de todos los pueblos, como ofrenda al Señor, a todos vuestros hermanos -a caballo, en carros, en literas, a lomos de mulos o de dromedarios- a mi santo monte, Jerusalén -dice el Señor-, de igual modo que los israelitas traen la ofrenda en vasos puros al templo del Señor.
Los de Bet Togarma cambiaban tus artículos por caballos de tiro, de carrera y mulos.
Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Los israelitas clamaron al Señor, y el Señor hizo surgir un libertador: Ehud, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encargaron que llevase el tributo a Eglón, rey de Moab.
Pero unos malvados dijeron: '¿Y éste es el que nos va a salvar?'. Lo despreciaron y no le rindieron honores. Mas Saúl ni se dio por enterado.