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1 Reyes 1:45 - Biblia Martin Nieto

y Sadoc, el sacerdote, y Natán, el profeta, le han ungido por rey en Guijón. Luego han subido desde allí, llenos de júbilo, y la ciudad se ha alborotado. Este es el tumulto que habéis oído.

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Biblia Reina Valera 1960

y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido por rey en Gihón, y de allí han subido con alegrías, y la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y Sadoc y Natán lo ungieron rey en el manantial de Gihón. Acaban de regresar, y toda la ciudad está celebrando y festejando. Por eso hay tanto ruido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y luego, en Guijón, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagraron como rey. Subieron lanzando gritos de alegría y la ciudad está de fiesta, ese es el ruido que ustedes oyeron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido por rey en Guijón, y han subido desde allí con gran regocijo, de modo que la ciudad está alborotada; ese es el bullicio que habéis oído.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Luego, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en Guijón; han subido de allí con gran estruendo y la ciudad está conmocionada. Ése es el alboroto que habéis oído.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido por rey en Gihón; y de allá han subido con alegrías, y la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído.

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1 Reyes 1:45
7 Tagairtí Cros  

Luego toda la gente subió tras él, tañendo flautas y con tan gran algazara que parecía que se iba a abrir la tierra con el vocerío.


El rey ha enviado con él a Sadoc, el sacerdote; a Natán, el profeta; a Benayas, hijo de Yehoyadá; a los quereteos y a los peleteos, y le han montado sobre la mula del rey;


Ajías, al oír el ruido de sus pasos cuando atravesaba el umbral, exclamó: 'Entra, mujer de Jeroboán. ¿Por qué te haces pasar por otra? Tengo una mala noticia para ti.


Nadie podía distinguir los acentos de júbilo de los acentos del llanto de la gente, porque el pueblo lanzaba grandes gritos y el estrépito se oía desde muy lejos.


Saúl le preguntó: '¿Qué aspecto tiene?'. Ella respondió: 'Es un anciano que sube envuelto en un manto'. Saúl comprendió que era Samuel, inclinándose rostro en tierra se prosternó.


Cuando el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel la recibió con tales gritos que la tierra temblaba.