Gad, una tropa de bandidos le acomete, pero él los ataca por la espalda.
1 Crónicas 5:22 - Biblia Martin Nieto como Dios había dirigido el combate, la mayor parte habían muerto en él. Se instalaron en sus territorios hasta que fueron llevados al destierro. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio. Biblia Nueva Traducción Viviente Muchos de los agarenos murieron en la batalla porque Dios luchaba contra ellos. Los habitantes de Rubén, Gad y Manasés vivieron en su tierra hasta que fueron llevados al destierro. Biblia Católica (Latinoamericana) por ser guerra de Dios, cayeron muertos muchos. Habitaron el lugar de ellos hasta el destierro. La Biblia Textual 3a Edicion Muchos, pues, cayeron muertos, porque la batalla era de Ha-’Elohim. Y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Les causaron también muchos muertos, porque la guerra provenía de Dios. Y se asentaron en su lugar hasta el destierro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio. |
Gad, una tropa de bandidos le acomete, pero él los ataca por la espalda.
En tiempo de Pécaj, rey de Israel, TeglatFalasar, rey de Asiria, fue y tomó Iyón, Abel Bet Maacá, Yanóaj, Cades, Jasor, Galaad, Galilea y todo el país de Neftalí, deportando todos sus habitantes a Asiria.
El año nueve de Oseas, el rey de Asiria se apoderó de Samaría, deportó a Asiria a los israelitas y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.
Los simeonitas, descritos más arriba nominalmente, vinieron en tiempo de Ezequías, rey de Judá, conquistaron sus campamentos y sus casas y las destruyeron totalmente hasta el día de hoy, y se establecieron en su lugar, pues allí había pastos para sus rebaños.
Se adueñaron de sus ganados: 50.000 camellos, 250.000 ovejas, 2.000 asnos y 100.000 personas;
El Dios de Israel incitó contra ellos a Pul, rey de Asiria (es decir, a Teglat-Falasar), el cual desterró a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés: los deportó a Jalaj, Jabor, Jará y el río Gozán, donde viven hasta el día de hoy.
Dios lo asistió contra los filisteos, contra los árabes, contra los habitantes de Gur Baal y contra los meunitas.
Con él no hay más que brazos de carne; con nosotros está el Señor, nuestro Dios, pronto a socorrernos y combatir nuestros combates'. El pueblo cobró ánimo con las palabras de Ezequías, rey de Judá.
¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Uno solo de entre vosotros podía perseguir a mil, porque el Señor, vuestro Dios, combatía por vosotros, como os lo había prometido.