Israel y Judá vivieron tranquilos, cada uno bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Berseba, durante toda la vida de Salomón.
1 Crónicas 28:6 - Biblia Martin Nieto Me ha dicho: Tu hijo Salomón construirá mi templo y mis atrios, pues lo he elegido como hijo y yo seré un padre para él. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a este he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre. Biblia Nueva Traducción Viviente Me dijo: “Tu hijo Salomón edificará mi templo y sus atrios, porque lo he elegido como mi hijo, y yo seré su padre. Biblia Católica (Latinoamericana) Y él me dijo: Tu hijo Salomón edificará mi Casa y mis patios; porque le he escogido a él por hijo mío, y yo seré para él padre. La Biblia Textual 3a Edicion Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi Casa y mis atrios, porque lo he escogido por hijo, y Yo le seré por padre; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y me dijo: 'Tu hijo Salomón será quien edifique mi casa y mis atrios, pues lo he elegido por hijo, y yo seré para él padre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido por hijo, y yo le seré por Padre. |
Israel y Judá vivieron tranquilos, cada uno bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Berseba, durante toda la vida de Salomón.
Y el Señor ha cumplido su palabra. Yo me alcé en el puesto de mi padre David y me senté sobre el trono de Israel, como dijo el Señor; construí el templo en honor del Señor, Dios de Israel,
Ahora se cumple, Señor Dios, la promesa hecha a mi padre David, ya que tú me has constituido rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.
Las pilastras tenían treinta metros; en la pilastra comenzaba el atrio que rodeaba el pórtico por todos lados.
Él, en efecto, ha sido considerado digno de una gloria superior a la de Moisés, en la misma medida en que la dignidad del arquitecto de una casa supera a la casa misma.
Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos.