La gente que se les había unido tenía tanta hambre que los mismos israelitas, contagiados, se pusieron a llorar, gritando: '¡Quién nos diera carne que comer!
1 Corintios 10:6 - Biblia Martin Nieto Todo esto sucedió para ejemplo nuestro, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Biblia Nueva Traducción Viviente Esas cosas sucedieron como una advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo como hicieron ellos, Biblia Católica (Latinoamericana) Todo esto sucedió para ejemplo nuestro, pues debemos guardarnos de los malos deseos que ellos tuvieron. La Biblia Textual 3a Edicion Y todas esas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros,° para que no seamos codiciosos de cosas malas, como ellos codiciaron.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estos acontecimientos tenían sentido figurativo para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero estas cosas fueron ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. |
La gente que se les había unido tenía tanta hambre que los mismos israelitas, contagiados, se pusieron a llorar, gritando: '¡Quién nos diera carne que comer!
sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre aquellos que no habían cometido un delito como el de Adán, que es figura del que había de venir.
Todo esto les sucedía para que escarmentaran, y fue escrito como aviso para nosotros, que vivimos en los tiempos definitivos.
Esforcémonos, pues, por entrar en este reposo, para que nadie sucumba imitando aquel ejemplo de desobediencia.
Porque Cristo no entró en un santuario hecho por mano de hombre, simple figura del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.
agua que presagiaba el bautismo, que ahora os salva a vosotros, no mediante la purificación de la inmundicia corporal sino mediante la súplica hecha a Dios por una conciencia buena la cual recibe su eficacia de la resurrección de Jesucristo,
condenó a la destrucción y redujo a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra para que sirviesen de ejemplo a todos los que en el futuro practicaran la injusticia,
como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.