Cuando Micaías se presentó delante del rey, este le preguntó: —Micaías, ¿debo atacar a Ramot de Galaad? Micaías le respondió: —Atácala y triunfarás. Dios te entregará la ciudad.
Jueces 1:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual así que salieron juntos a pelear, y Dios los ayudó a derrotar a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil ferezeos y cananeos, entre los cuales estaba el rey Adonisédec. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y subió Judá, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los hombres de Judá atacaron, el Señor les dio la victoria sobre los cananeos y los ferezeos, y mataron a diez mil guerreros enemigos en la ciudad de Bezec. Biblia Católica (Latinoamericana) Subió pues Judá y Yavé puso en sus manos a los cananeos y a los fereceos en Besec: derrotaron a diez mil hombres. La Biblia Textual 3a Edicion Y subió Judá, y YHVH entregó en su mano al cananeo y al ferezeo, y en Bezec hirieron de ellos a diez mil hombres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Subió, pues, Judá. Yahveh entregó en sus manos a los cananeos y a los perizeos, y derrotaron en Bézec a diez mil hombres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y subió Judá, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; y de ellos hirieron en Bezec diez mil hombres. |
Cuando Micaías se presentó delante del rey, este le preguntó: —Micaías, ¿debo atacar a Ramot de Galaad? Micaías le respondió: —Atácala y triunfarás. Dios te entregará la ciudad.
Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, que eran alrededor de cuatrocientos, y les preguntó: —¿Debo atacar a Ramot de Galaad para recuperarla? Los profetas contestaron: —Atácala. Porque Dios te la va a entregar.
2 (3) Tú mismo echaste de su tierra a los otros pueblos; los destruiste por completo, y en lugar de ellos pusiste a nuestro propio pueblo, y lo hiciste prosperar.
Conforme avanzaban los israelitas, Dios echaba fuera a las naciones, y a Israel le entregó las tierras de esos pueblos. ¡Fue así como los israelitas se establecieron allí!
Cuando Dios ponga a esas naciones bajo el dominio de ustedes, no les tengan compasión ni hagan ningún trato con ellas; ¡destrúyanlas por completo!
Pero ustedes saben que nuestro Dios marcha al frente de nosotros. Su poder es el de un fuego destructor, y con él derrotará y humillará a esos gigantes. Por el poder de Dios, ustedes podrán vencer a esa gente y la expulsarán de allí enseguida, tal como Dios lo ha prometido.
Entonces los de Judá les dijeron a los de Simeón: «Vengan con nosotros a pelear contra los cananeos. Primero iremos al territorio que nos ha tocado a nosotros, y después al de ustedes». Los de Simeón aceptaron,
Jefté cruzó el río para atacar a los amonitas, y Dios le dio la victoria sobre ellos.
Cuando Saúl los contó, eran trescientos mil hombres de Israel y treinta mil de Judá.
Pero si nos dicen que vayamos a donde ellos están, esa será la señal de que Dios nos ayudará a derrotarlos.