Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Esdras 4:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Entonces la gente que vivía allí trataba de desanimar a los judíos y meterles miedo para que no reconstruyeran el templo.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces los habitantes del lugar intentaron desalentar e intimidar al pueblo de Judá para impedirle que siguiera trabajando.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

La gente del país trató entonces de desanimar al pueblo de Judá y de amenazarlo para impedirle que construyera.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces sucedió que el pueblo de la tierra° desalentaba° al pueblo de Judá, y los hostigó mientras construían,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces, aquella gente de la tierra se dedicó a desanimar al pueblo de Judá y a atemorizarlos, para que no continuaran la construcción.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el pueblo de la tierra debilitaba las manos del pueblo de Judá, atemorizándolo para que no edificara.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Esdras 4:4
11 Tagairtí Cros  

Jonatán había tenido un hijo, al que le puso por nombre Mefi-bóset. Cuando llegaron las noticias de que Saúl y Jonatán habían muerto en Jezreel, la niñera de Mefi-bóset tomó al niño y huyó; pero por las prisas Mefi-bóset se cayó y se quedó cojo. El niño tenía entonces cinco años de edad. Cuando Is-bóset supo que habían matado a Abner en Hebrón, se preocupó mucho, pues se dio cuenta de que ya no podría seguir siendo rey. Todos en Israel también se preocuparon. Is-bóset había puesto al frente de su ejército a dos hombres de Beerot, llamados Baaná y Recab, que eran hijos de Rimón. Estos dos hombres habían sido jefes de una banda de ladrones. Aunque la gente de Beerot se había ido a Guitaim, y allí se les consideraba extranjeros, ellos se consideraban miembros de la tribu de Benjamín.


A pesar de que tenían miedo de la gente que vivía en ese lugar, colocaron el altar donde había estado antes, presentaron a Dios ofrendas por la mañana y por la tarde.


Además, les pagaron a algunos asistentes del gobierno para que no los dejaran continuar con la reconstrucción. Esto sucedió durante los reinados de Ciro y de Darío, reyes de Persia.


11 (5) Nuestros enemigos pensaban que no conocíamos sus planes, y que nos podrían atacar por sorpresa, para matarnos y así detener la reconstrucción.


2 (3.34) Delante de sus compañeros y del ejército de Samaria dijo: «¿Qué se traen entre manos esos pobres judíos? ¿Creen que podrán reconstruir la ciudad y volver a ofrecer sacrificios? ¿Creen que podrán hacerlo en un día? ¿Piensan que de ese montón de escombros van a sacar piedras nuevas?»


Y es que ellos querían asustarnos, pensando que así dejaríamos de trabajar, pero yo le pedí a Dios que me ayudara a seguir trabajando con más fuerza aún.


Por eso algunos jefes fueron a decirle al rey: —¡Hay que matar a Jeremías! Lo que él anuncia está desanimando a los soldados y a la gente que aún queda en la ciudad. Jeremías no busca nuestro bien; al contrario, nos desea lo peor.


»Entonces aquel personaje me dijo: “He venido a verte porque tengo que pelear con el ángel encargado de cuidar a Persia. Cuando yo termine de pelear contra él, vendrá el ángel encargado de cuidar a Grecia.