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Eclesiastés 10:1 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

La mejor sopa se echa a perder si le cae una mosca. La menor tontería echa a perder tu fama de sabio.

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Biblia Reina Valera 1960

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así como las moscas muertas apestan todo un frasco de perfume, una pizca de necedad arruina gran sabiduría y honor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Una mosca muerta echa a perder todo el frasco de perfume; algunas locuras reducen a nada mucha sabiduría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Una mosca muerta hace heder el perfume del perfumista. Así una pequeña locura al que es estimado como sabio y honorable.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Una mosca muerta echa a perder el ungüento del perfumista. Un poco de necedad pesa más que la sabiduría y la gloria.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Las moscas muertas hacen que el perfume del perfumista dé mal olor; así una pequeña locura, al estimado como sabio y honorable.

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Eclesiastés 10:1
11 Tagairtí Cros  

Entonces el profeta Jehú hijo de Hananí, salió a recibirlo y le reclamó: «¿Por qué ayudaste a un malvado, y te hiciste amigo de gente que odia a Dios? Dios está muy enojado contigo.


Además, les recordé: «Ustedes han cometido el mismo pecado que cometió Salomón. Entre muchas naciones no hubo un rey como él. Dios lo amó y lo puso como rey sobre Israel, pero fueron sus esposas extranjeras las que lo hicieron pecar.


Querían asustarme para hacerme pecar, y así acusarme de ser una mala persona.


¡Son tantas, que pesarían más que toda la arena del mar! ¡No debiera sorprenderles oírme hablar así!


En realidad, puede más la sabiduría que las armas de guerra, aunque un solo error puede causar mucho daño.


—Supongamos que alguien aparta un trozo de carne para presentarlo como ofrenda a Dios. Luego lo pone en su manto para llevarlo al templo. Supongamos también que la capa de esa persona toca sin querer algún otro alimento. ¿Bastará eso para que también ese alimento sea considerado una ofrenda para Dios? Todos los sacerdotes contestaron: —¡Por supuesto que no!


Entonces Hageo les hizo otra pregunta: —Supongamos ahora que alguien toca un cadáver, y que por tocarlo se contamina y ya no puede adorar a Dios. Si esa persona toca algún alimento, ¿acaso también ese alimento se contamina y tampoco sirve para adorar a Dios? Todos los sacerdotes contestaron: —¡Por supuesto que sí!