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Mateo 26:65 - La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? ¡Ahora mismo habéis oído la blasfemia!

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo: «¡Blasfemia! ¿Para qué necesitamos más testigos? Todos han oído la blasfemia que dijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas, diciendo: '¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? Ustedes mismos acaban de oír estas palabras blasfemas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó: '¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ahora mismo acabáis de oír la blasfemia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Al escuchar esto, el jefe de los sacerdotes se desgarró la ropa para mostrar su enojo, y dijo: —¿Qué les parece? ¡Ha insultado a Dios, y ustedes mismos lo han oído! ¡Ya no necesitamos más pruebas! —¡Que muera! —contestaron todos.

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Mateo 26:65
12 Tagairtí Cros  

Y Eliaquim ben Hilcías, que estaba sobre la casa, Sebna, el escriba, y Joa ben Asaf, el cronista, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le comunicaron las palabras del Rabsaces.


Así no tuvieron temor, y ni el rey ni ninguno de sus siervos que habían oído aquellas palabras rasgaron sus vestidos.


o jorobado, o enano, o con ojos defectuosos, o sarnoso, o tiñoso, o con testículo dañado.


Y Josué ben Nun, y Caleb ben Jefone, que eran de los que habían explorado la tierra, rasgaron sus vestidos,


Pero algunos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema.


Y los escribas y los fariseos comenzaron a razonar para sí: ¿Quién es éste que habla tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?


Le respondieron los judíos: Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia,° y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.


¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios?


Pero cuando los apóstoles Bernabé y Pablo lo oyeron, se rasgaron el manto y se lanzaron en medio del gentío, gritando