Tal senda es desconocida por el ave de presa, Jamás el ojo del halcón la ha divisado.
Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vio;
Son tesoros que ningún ave de rapiña puede ver ni el ojo de halcón alcanza a distinguir.
El ave de rapiña no conoce ese sendero ni el ojo del buitre lo ha advertido;'
camino que no conoce el ave rapaz ni descubre el ojo del buitre;
Hay senda que el ave no conoce, ni ojo de buitre ha visto;
Ningún león, ninguna fiera, ha llegado a esos lugares; ¡ni siquiera la mirada del halcón ha podido descubrirlos!
Y te declarara secretos de sabiduría, Que van mucho más allá de tus argucias, Porque Dios te castiga menos de lo que mereces.
Las piedras que allí se hallan son el lugar de los zafiros, Y también hay polvo de oro.
Nunca hollada por fieras arrogantes, Ni ha pasado por allí el león.
¿Dónde está el camino hacia el lugar en que mora la luz? ¿Dónde viven las tinieblas?
¿Por qué camino se reparte la luz? ¿Por dónde se difunde el solano sobre la tierra?
¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!