El octavo día tomará dos corderos sin defecto y una cordera de un año sin defecto, tres décimas de efá de flor de harina, amasada con aceite, como oblación y un log de aceite.
Levítico 9:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al octavo día llamó Moisés a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel; Biblia Nueva Traducción Viviente Al octavo día, después de la ceremonia de ordenación, Moisés reunió a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) El día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel. Entonces dijo a Aarón: La Biblia Textual 3a Edicion Llegado el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fue en el día octavo, que Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel; Biblia Traducción en Lenguaje Actual Al octavo día, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los jefes israelitas. |
El octavo día tomará dos corderos sin defecto y una cordera de un año sin defecto, tres décimas de efá de flor de harina, amasada con aceite, como oblación y un log de aceite.
El día octavo lo presentará todo al sacerdote para su purificación, a la entrada de la tienda del encuentro, delante de Yahveh.
El octavo día, tomará dos tórtolas o dos pichones, se presentará delante de Yahveh a la entrada de la tienda del encuentro y se los entregará al sacerdote,
El octavo día se procurará un par de tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la tienda del encuentro.
No saldréis de la entrada de la tienda del encuentro hasta pasados siete días. Entonces se cumplirá el tiempo de vuestra investidura, pues siete días durará vuestra investidura.
Aarón y sus hijos hicieron cuanto había mandado Yahveh por medio de Moisés.
Al octavo día presentará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda del encuentro.
Pasado ya el sábado, cuando despuntaba el alba del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.