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Rut 3:9 - Nueva Biblia Española (1975)

Preguntó: ¿Quién eres? Ella dijo: Soy Rut, tu servidora. Extiende tu manto sobre tu servidora, pues a ti te toca responder por mí.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¿Quién eres? —preguntó. —Soy Rut, su sierva —contestó ella—. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Como le preguntara quién era, ella le respondió: 'Soy Rut, tu sirvienta. Tápame con tu manta, pues tú debes rescatarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces él dijo: ¿Quién eres tú? Y ella respondió: Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu manto° sobre tu sierva, porque redentor° mío eres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él le preguntó: '¿Quién eres tú?'. Ella le respondió: 'Yo soy Rut, tu sierva; extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque eres el que tiene derecho de rescate'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Ruth tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente redentor.

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Rut 3:9
10 Tagairtí Cros  

Pasando de nuevo a tu lado, te vi. en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí conjuramento, hice alianza contigo -oráculo del Señor- y fuiste mía.


Porque a todo el que se encumbra lo abajarán y al que se abaja lo encumbrarán.


Noemí dijo a su nuera: Que el Señor le bendiga; el Señor, que no deja de apiadarse de vivos y muertos. Y añadió: Ese hombre es pariente nuestro, uno de los que tienen que responder por nosotras.


El dijo: El Señor te bendiga, hija. Esta segunda obra de caridad es mejor que la primera, porque no te has buscado un pretendiente joven, pobre o rico.


Es verdad que a mí me toca responder por ti, pero hay otro pariente más cercano que yo.


A medianoche el hombre sintió un escalofrío, se incorporó y vio una mujer echada a sus pies.


He querido ponerte al tanto y decirte: 'Cómprala ante los aquí presentes, los concejales, si es que quieres rescatarla, y si no, házmelo saber; porque tú eres el primero con derecho a rescatarla y yo vengo después de ti.. El otro dijo: La compro.


Entonces el otro dijo: No puedo hacerlo, porque perjudicaría a mis herederos. Te cedo mi derecho; a mí no me es posible.


Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: Aquí está tu esclava, dispuesta a lavar los pies de los sirvientes de mi señor.