Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón, con generosidad de espíritu, que el Señor escruta los corazones y penetra todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; si lo abandonas, te rechazará definitivamente.
Señor, mantén tus oídos atentos a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que están dispuestos a respetarte. Haz que tu siervo acierte y logre conmover a ese hombre. Yo era copero del rey,
Entonces mi Dios me inspiró reunir a los notables, a las autoridades y al pueblo para hacer el registro. Encontré el registro de los primeros que habían vuelto, donde estaba escrito:
Yo lo he suscitado para la victoria y allanaré todos sus caminos: él reconstruirá mi ciudad, libertará a mis deportados sin precio ni soborno -dice el Señor de los ejércitos-.
Entonces David marchó con sus seiscientos hombres; pero al llegar a la vaguada de Besor, se quedaron doscientos, demasiado cansados para pasar la vaguada,