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Proverbios 1:5 - Nueva Biblia Española (1975)

lo escucha el sensato y aumenta su saber, el inteligente adquiere destreza

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Biblia Reina Valera 1960

Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Que el sabio escuche estos proverbios y se haga aún más sabio. Que los que tienen entendimiento reciban dirección

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Que el sabio escuche, y ganará en saber; el hombre inteligente sabrá dirigir a los demás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Oígalo también el sabio y aumentará el saber, Y el entendido obtendrá consejos sabios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Escuche el sabio y aumentará su saber; el inteligente ganará en habilidad,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Oirá el sabio, y aumentará el saber; y el entendido adquirirá sabios consejos.

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Proverbios 1:5
18 Tagairtí Cros  

Amasias lo cortó en seco, diciéndole: ¿Quién te ha hecho consejero del rey? Termina de una vez si no quieres que te maten. El profeta terminó con estas palabras: Por lo que has hecho, y por no escuchar mi consejo, estoy seguro de que Dios aconseja tu destrucción.


Escúchenme, hombres sensatos: ¡Lejos de Dios hacer el mal, del Todopoderoso la injusticia!


Si eres inteligente, escúchame, presta oído a mis palabras:


Sabios, escuchen mis palabras; préstenme oído los doctos,


y los hombres sensatos que me escuchan y los sabios confesarán;


El que ama la corrección, ama el saber; el que detesta la reprensión, se embrutece.


El cínico busca sensatez y no la encuentra, el saber es fácil para el inteligente.


El inteligente adquiere saber, el oído sensato desea aprender.


Golpea al cínico y el inexperto se hará cauto; reprende al prudente, y aumentará su saber.


Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto; pero el sensato aprende con la experiencia.


escuchen mis avisos y serán sensatos, no los rechacen;


no reprendas al cínico, pues te aborrecerá; reprende al sensato, que te lo agradecerá;


instruye al docto, y será más docto; enseña al honrado, y aprenderá.


Otra cosa he observado bajo el sol: que no depende el correr de la agilidad, ni la batalla de la valentía, ni de la habilidad tener pan, ni la riqueza de ser avisado, ni la estima del saber, sino que siempre se tercia la ocasión y la suerte.


Les hablo como a gente sensata, juzguen ustedes esto que digo.


Pónganlos por obra, que ellos serán su prudencia y sabiduría ante los demás pueblos, que al oír estos mandatos comentarán: '¡Qué pueblo tan sabio y prudente es esa gran nación!'.