Se adelantó uno de la raza de los gigantes, con una lanza de bronce de tres kilos y una espada nueva, diciendo que iba a matar a David.
Números 13:28 - Nueva Biblia Española (1975) Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas (hemos visto allí a los hijos de Anac). Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero el pueblo que vive en ese país es muy poderoso. Las ciudades son muy grandes y fortificadas, hemos visto incluso a los descendientes de Enac. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, el pueblo que habita en esa tierra es fuerte, y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Además, hemos visto allí a los descendientes de Anac. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el pueblo que habita el país es fuerte; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Incluso vimos allí a descendientes de Anac. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y también vimos allí a los hijos de Anac. |
Se adelantó uno de la raza de los gigantes, con una lanza de bronce de tres kilos y una espada nueva, diciendo que iba a matar a David.
el pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura. Hemos visto allí neníeos, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así nos veían ellos.
¡Adonde vamos a subir! Nuestros hermanos nos han acobardado con sus palabras, que la gente es más fuerte y corpulenta que nosotros, que las ciudades son enormes y sus fortificaciones más altas que el cielo, que hasta han visto anaquitas allí'.
Eran un pueblo grande, numeroso y corpulento, como los anaquitas. El Señor los aniquiló y los amonitas los desalojaron y se instalaron en su Jugar.
todas ellas fortificadas con imponentes murallas y portones con trancas. Sin contar muchísimas aldeas de campesinos.
No quedaron enaquitas en territorio de Israel; sólo en Gaza, Gat y Asdod quedaron algunos.
Así, púas, dame ese monte que prometió aquel día Moisés; tú lo oíste: que vivían aquí los enaquitas y que sus ciudades eran grandes y fortificadas. Ojala el Señor esté conmigo y logre expulsarlos como él prometió.
Caleb expulsó de allí a los tres hijos de Enac, descendientes de Enac: Sesay, Ajimán y Talmay.
A Caleb, como dejó encargado Moisés, le asignaron Hebrón, y expulsó de allí a los tres hijos de Enac.