Yo he sido hoy blando, aunque ungido como rey, mientras que esa gente, los hijos de Seruyá, han sido más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor su merecido.
Mateo 8:2 - Nueva Biblia Española (1975) En esto se le acercó un leproso, y se puso a suplicarle: Señor, si quieres puedes limpiarme. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Biblia Nueva Traducción Viviente De repente, un hombre con lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio. Biblia Católica (Latinoamericana) Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: 'Señor, si tú quieres, puedes limpiarme. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí un leproso, se acercó, y se postraba ante Él diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En esto, se le acercó un leproso y se postró delante de él, diciéndole: 'Señor, si quieres, puedes dejarme limpio'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, vino un leproso y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. |
Yo he sido hoy blando, aunque ungido como rey, mientras que esa gente, los hijos de Seruyá, han sido más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor su merecido.
El Señor le envió una enfermedad de la piel hasta su muerte, así que vivió recluido en casa. Su hijo Yotán estaba al frente de palacio y gobernaba la nación.
Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria; pero estaba enfermo de la piel.
¡Que la enfermedad de Naamán se te pegue a ti y a tus descendientes para siempre! Guejazí salió con la piel descolorida; como nieve.
Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida.
ya llega el reinado de Dios, curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios. Gratuitamente lo recibieron, denlo gratuitamente.
Los de la barca se postraron ante él diciendo: Realmente eres Hijo de Dios.
El empleado se echó a sus pies suplicándole: Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo.
Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Entonces se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos, haciéndole reverencias con intención de pedirle algo.
De pronto Jesús 'es salió al encuentro y las saludó diciendo: ¡Alégrense! Ellas se acercaron y se postraron, abrazándole los pies.
diciéndole: Te daré todo eso si caes a mis pies y me rindes homenaje.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole: ¡Auxilio, Señor, que nos hundimos!
Mientras Jesús les hablaba de esto se presentó un personaje que se puso a suplicarle diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven tú, aplícale tu mano y vivirá.
Y en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, a ninguno de ellos curó; sólo a Naamán el sirio.
Replicó Pedro: Ni pensarlo, Señor; nunca he comido nada profano o impuro.
Cuando iba a entrar Pedro salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje,
formula lo que lleva secreto en el corazón; entonces se postrará y rendirá homenaje a Dios, reconociendo que Dios está realmente con ustedes.
Caí a sus pies para rendirle homenaje, pero él me dijo: 'No, cuidado, soy tu compañero de servicio, tuyo y de esos hermanos tuyos que mantienen el testimonio de Jesús; rinde homenaje a Dios'. Es que dar testimonio de Jesús equivale a la inspiración profética.