'También los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban lo mismo.
Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
Hasta los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban de él de la misma manera.
Hasta los ladrones que habían sido crucificados con él lo insultaban.
Y del mismo modo lo insultaban también los ladrones° que habían sido crucificados con Él.
Los ladrones que estaban crucificados con Él, también le injuriaban.
Pero cuando yo tropecé, se alegraron, se juntaron, se juntaron contra mí; me golpeaban por sorpresa, me desgarraban sin parar,
Crucificaron entonces con él a dos bandidos, uno a la derecha y el otro a la izquierda.
¡El Mesías, el rey de Israel! ¡Que baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos! También los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Tampoco el Mesías buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: 'Las afrentas con que te afrentaban cayeron sobre mí”.
Y si alguno de ustedes se ve falto de acierto, pídaselo a Dios, que da sin discutir y sin humillar; él se lo dará.