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Mateo 26:7 - Nueva Biblia Española (1975)

se le acercó una mujer llevando un frasco de perfume de mucho precio y se lo derramó en la cabeza a Jesús, que estaba reclinado a la mesa.

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Biblia Reina Valera 1960

vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras comía, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Se acercó a él una mujer, mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

se le acercó una mujer que tenía un frasco de alabastro,° lleno de un ungüento muy costoso, y estando reclinado° a la mesa, lo derramó sobre su cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

se le acercó una mujer con un frasco de alabastro, lleno de perfume de mucho valor, y se lo derramó en la cabeza mientras él estaba a la mesa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

vino a Él una mujer, trayendo un frasco de alabastro de ungüento de mucho precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando Él sentado a la mesa.

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Mateo 26:7
12 Tagairtí Cros  

El profeta Elíseo llamó a uno de la comunidad de profetas y le ordeno: Átate el cinturón, toma en la mano esta aceitera y vete a Ramot de Galaad.


Es ungüento precioso en la cabeza, que va bajando por la barba, que baja por la barba de Aarón hasta la franja de su ornamento.


una mosca muerta echa a perder un perfume, una pizca de necedad cuenta más que mucha sabiduría.


lleva siempre vestidos blancos y no falte el perfume en tu cabeza,


es mejor el olor de tus perfumes. Tu nombre es como un bálsamo fragante, y de ti se enamoran las doncellas.


Ibas a Moloc con ungüento, prodigando perfumes; despachabas lejos a tus mensajeros. Bajaste hasta el abismo.


Al ver aquello, los discípulos dijeron indignados: ¿A qué viene ese derroche?


Estando Jesús en Betania, reclinado a la mesa en casa de Simón el leproso, llegó una mujer llevando un frasco de perfume de nardo auténtico muy caro; quebró el frasco y se lo derramó en la cabeza.


Tú no me echaste ungüento en la cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume.