Cada uno dará cinco gramos de plata (peso del templo, que vale veinte óbolos): el tributo al Señor será cinco gramos de plata.
Mateo 21:12 - Nueva Biblia Española (1975) Jesús entró en el templo y se puso a echar a todos los que vendían y compraban allí. Volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús entró en el templo y comenzó a echar a todos los que compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús entró en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo. Derribó las mesas de los que cambiaban monedas y los puestos de los vendedores de palomas. Les dijo: La Biblia Textual 3a Edicion Y Jesús entró en el templo,° y echó° a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entró Jesús en el templo y expulsó a todos los que vendían y compraban en él; también volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; |
Cada uno dará cinco gramos de plata (peso del templo, que vale veinte óbolos): el tributo al Señor será cinco gramos de plata.
Al terminar los días de su purificación -por hijo o por hija-, llevará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro, un cordero añal en holocausto y un pichón o una tórtola en sacrificio expiatorio.
Si no tiene medios para comprarse un cordero, que tome dos tórtolas o dos pichones: uno para el holocausto y el otro para el sacrificio expiatorio. El sacerdote hará la expiación por ella, y quedará pura.
y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos: uno para el sacrificio expiatorio y otro para el holocausto.
El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, se presentará ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, y los entregará al sacerdote.
El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, los presentará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro.
Y si no tiene lo suficiente para dos tórtolas o dos pichones, por la transgresión cometida hará una oferta de veintidós decilitros de flor de harina. No le pondrá aceite ni incienso, porque es un sacrificio expiatorio.
Si no tiene lo suficiente para un cabrito, por la transgresión cometida ofrecerá al Señor dos tórtolas o dos pichones: uno en sacrificio expiatorio y el otro en holocausto.
Entró en Jerusalén derecho hasta el templo, dio un vistazo a todo alrededor y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
y para entregar la oblación (conforme a lo que dice la Ley del Señor: 'Un par de tórtolas o dos pichones”.