Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación y se lo entregó a la madre, diciéndole: Aquí tienes a tu hijo vivo.
Lucas 9:42 - Nueva Biblia Española (1975) Mientras se acercaba lo derribó el demonio y empezó a retorcerlo: Jesús increpó al espíritu inmundo, curó al niño y se lo devolvió a su padre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el joven se acercó, el demonio lo arrojó al piso y le causó una violenta convulsión; pero Jesús reprendió al espíritu maligno y sanó al muchacho. Después lo devolvió a su padre. Biblia Católica (Latinoamericana) Trae acá a tu hijo. Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo arrojó al suelo con violentas sacudidas. Pero Jesús habló al espíritu malo en tono dominante, curó al muchacho y se lo devolvió a su padre. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando él se acercaba, el demonio aun lo derribó y convulsionó; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando éste se acercaba, el demonio lo tiró por tierra y lo agitó con violentas convulsiones. Entonces Jesús increpó al espíritu impuro, curó al muchacho y se lo devolvió a su padre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando aún se iba acercando, el demonio le derribó y le sacudió violentamente; mas Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y lo devolvió a su padre. |
Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación y se lo entregó a la madre, diciéndole: Aquí tienes a tu hijo vivo.
Eliseo llamó a Guejazí, y le ordenó: Llama a la sunamita. La llamó, y cuando llegó le dijo Eliseo: Toma a tu hijo.
Se lo llevaron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al niño; cayó por tierra y rodaba echando espumarajos.
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús, se lo entregó a su madre.
Mira, lo agarra un espíritu y de pronto da un grito, lo retuerce entre espumarajos, y a duras penas se va, dejándolo molido.
Jesús contestó: ¡Gente sin fe y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Tráeme aquí a tu hijo.
Habían ya remado unos cinco o seis kilómetros, cuando percibieron a Jesús que, andando por el mar, se acercaba a la barca, y les entró miedo;
Pedro la tomó de la mano, la levantó y, llamando a los fieles y a las viudas, se la presentó viva.
Regocíjense por eso, cielos y los que en ellos habitan. ¡Ay de la tierra y del mar! El diablo bajó contra ustedes rebosando furor, pues sabe que le queda poco tiempo.