¿Piensas que no puedo acudir a mi Padre? El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles.
Lucas 8:30 - Nueva Biblia Española (1975) Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas? El respondió: Legión. De hecho eran muchos los demonios que habían entrado en él Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? —Legión —contestó, porque estaba lleno de muchos demonios. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?' Y él contestó: 'Multitud. Porque muchos demonios habían entrado en él;' La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le preguntó:° ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión (porque habían entrado° muchos demonios en él). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él contestó: 'Legión'. Porque eran muchos los demonios que habían entrado en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús le preguntó, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. |
¿Piensas que no puedo acudir a mi Padre? El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles.
Se hablaba de él en toda Siria: le traían enfermos con toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curó.
De pronto empezaron a gritar: ¿Quién te mete a ti en esto, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?
Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.
Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas? Le respondió: Me llamo Legión, porque somos muchos.
y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María Magdalena, de la que había echado siete demonios;
(Es que Jesús le estaba mandando al espíritu inmundo que saliera del hombre, pues a menudo le producía ataques, y aunque lo sujetaban atándolo con cadenas y grillos, él rompía las ataduras, y el demonio lo empujaba a lugares despoblados).