cuando Guejazí, sirviente del profeta Eliseo, pensó: 'Mi señor ha sido demasiado generoso con ese sirio, Naamán, no aceptando nada de lo que ofrecía. ¡Vive Dios! Voy a correr detrás para que me dé algo'.
Lucas 7:39 - Nueva Biblia Española (1975) Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí mismo: Este, si fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer la que lo está tocando: una pecadora. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el fariseo que lo había invitado vio esto, dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué tipo de mujer lo está tocando. ¡Es una pecadora!». Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: 'Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale. La Biblia Textual 3a Edicion Viéndolo el fariseo que lo había invitado,° se decía:° Éste, si fuera profeta, conocería° quién y qué clase de mujer es la que lo toca, que es una pecadora. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Viendo esto el fariseo que lo había invitado, se decía para sí: 'Si éste fuera [el] profeta, sabría quién y qué clase de mujer es ésta que le está tocando: ¡es una pecadora!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando vio esto el fariseo que le había invitado, habló entre sí, diciendo: Éste, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. |
cuando Guejazí, sirviente del profeta Eliseo, pensó: 'Mi señor ha sido demasiado generoso con ese sirio, Naamán, no aceptando nada de lo que ofrecía. ¡Vive Dios! Voy a correr detrás para que me dé algo'.
es un pelo en la garganta, amargura en el paladar; te dice: 'Come y bebe', pero no está contigo;
que decía: 'Retírate, no te acerques, que estoy consagrado'. Eso hace humear mi cólera como fuego que arde todo el día.
La gente contestaba: Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.
porque de dentro, del corazón del hombre, salen las malas ideas: inmoralidades,robos, homicidios,
Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo: Ese acoge a los descreídos y come con ellos.
El administrador se puso a echar cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza.
Por bastante tiempo no quiso, pero después pensó: 'Yo no temo a Dios ni respeto a hombre,
Pues entonces, den el fruto que corresponde al arrepentimiento y no empiecen a decirse que Abrahán es su padre; porque les digo que de las piedras éstas es capaz Dios de sacarle hijos a Abrahán.
Todos quedaron atemorizados y alababan a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
En esto una mujer, conocida como pecadora en la ciudad, al enterarse de que comía en casa del fariseo, llegó con un frasco de perfume;
se colocó detrás de él junto a sus pies, llorando, y empezó a regarle los pies con sus lágrimas; se los secaba con el pelo, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte. El respondió: Dímelo, Maestro.
La gente hablaba mucho de él, cuchicheando. Unos decían: Es buena persona. Otros, en cambio: No, que extravía a la gente.
Llamaron entonces por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: Reconócelo tú ante Dios. A nosotros nos consta que ese hombre es un pecador.