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Lucas 7:39 - Nueva Biblia Española (1975)

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí mismo: Este, si fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer la que lo está tocando: una pecadora.

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Biblia Reina Valera 1960

Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el fariseo que lo había invitado vio esto, dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué tipo de mujer lo está tocando. ¡Es una pecadora!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: 'Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Viéndolo el fariseo que lo había invitado,° se decía:° Éste, si fuera profeta, conocería° quién y qué clase de mujer es la que lo toca, que es una pecadora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Viendo esto el fariseo que lo había invitado, se decía para sí: 'Si éste fuera [el] profeta, sabría quién y qué clase de mujer es ésta que le está tocando: ¡es una pecadora!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando vio esto el fariseo que le había invitado, habló entre sí, diciendo: Éste, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.

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Lucas 7:39
25 Tagairtí Cros  

cuando Guejazí, sirviente del profeta Eliseo, pensó: 'Mi señor ha sido demasiado generoso con ese sirio, Naamán, no aceptando nada de lo que ofrecía. ¡Vive Dios! Voy a correr detrás para que me dé algo'.


es un pelo en la garganta, amargura en el paladar; te dice: 'Come y bebe', pero no está contigo;


que decía: 'Retírate, no te acerques, que estoy consagrado'. Eso hace humear mi cólera como fuego que arde todo el día.


Así es como los últimos serán primeros y los primeros últimos.


La gente contestaba: Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.


porque de dentro, del corazón del hombre, salen las malas ideas: inmoralidades,robos, homicidios,


El estuvo echando cálculos: '¿Qué hago? No tengo donde almacenarla'.


Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo: Ese acoge a los descreídos y come con ellos.


El administrador se puso a echar cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza.


Por bastante tiempo no quiso, pero después pensó: 'Yo no temo a Dios ni respeto a hombre,


Pues entonces, den el fruto que corresponde al arrepentimiento y no empiecen a decirse que Abrahán es su padre; porque les digo que de las piedras éstas es capaz Dios de sacarle hijos a Abrahán.


Todos quedaron atemorizados y alababan a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.


En esto una mujer, conocida como pecadora en la ciudad, al enterarse de que comía en casa del fariseo, llegó con un frasco de perfume;


se colocó detrás de él junto a sus pies, llorando, y empezó a regarle los pies con sus lágrimas; se los secaba con el pelo, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.


Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte. El respondió: Dímelo, Maestro.


La mujer le dijo: Señor, veo que tú eres profeta.


La gente hablaba mucho de él, cuchicheando. Unos decían: Es buena persona. Otros, en cambio: No, que extravía a la gente.


Llamaron entonces por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: Reconócelo tú ante Dios. A nosotros nos consta que ese hombre es un pecador.