Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido.
Lucas 7:19 - Nueva Biblia Española (1975) los envió al Señor a preguntarle: ¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? Biblia Nueva Traducción Viviente y los envió al Señor para que le preguntaran: «¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?». Biblia Católica (Latinoamericana) y los envió a que preguntaran al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?' La Biblia Textual 3a Edicion los envió al Señor,° diciendo: ¿Eres Tú el que viene, o hemos de aguardar a otro? Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los envió a preguntar al Señor: '¿Eres tú el que tiene que venir, o hemos de esperar a otro?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? |
Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido.
pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.
No se apartará de Judá el cetro ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que le traigan tributo y le rindan homenaje los pueblos.
Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la joven está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Dios con nosotros.
Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti sacaré el que ha de ser jefe de Israel: su origen es antiguo, de tiempo inmemorial.
haré temblar a todas las naciones, y vendrán las riquezas de todos los pueblos, y llenaré este templo de gloria -dice el Señor de los ejércitos-.
Alégrate, ciudad de Sión: aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso, humilde, cabalgando un burro, una cría de burra.
Pero a los que respetan mi nombre los alumbrará el sol de la justicia que cura con sus alas. Saldrán saltando como terneros del establo,
llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros.
Algún tiempo después designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Una vez estaba él orando en cierto lugar; al terminar, uno de sus discípulos le pidió: Señor, enséñanos una oración, como Juan les enseñó a sus discípulos.
y el Señor le dijo: De modo que ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están repletos de robos y maldades.
El Señor continuó: Así, pues, ¿dónde está ese administrador fiel y cuidadoso a quien el patrón va a encargar de repartir a los sirvientes la ración a sus horas?
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: Hipócritas: cualquiera de ustedes, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar aunque sea sábado?
El Señor contestó: Si tuvieran una fe como un grano de mostaza, le dirían a esa morera: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y les obedecería.
Zaqueo se puso en pie y le dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien le he sacado dinero se lo restituiré cuatro veces.
que decían: Era verdad: ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: Juan Bautista nos ha mandado a preguntarte: '¿Eres tú el que tenia que venir o esperamos a otro?'.
(María era la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con el pelo, y su hermano Lázaro estaba enfermo).
Se enteraron los fariseos de que Jesús hacía más discípulos y bautizaba más que Juan
Le dice la mujer: Sé que va a venir un Mesías (es decir, Ungido); cuando venga él, nos lo explicará todo.
Llegaron de Tiberíades otros botes cerca del lugar donde habían comido el pan cuando el Señor pronunció la acción de gracias.
Josué, hijo de Nun, mandó en secreto dos espías desde Acacias con el encargo de examinar el país. Ellos se fueron, llegaron a Jericó, entraron en casa de una prostituta llamada Rajab y se hospedaron allí.
pero haré que mis dos testigos profeticen vestidos de saco mil doscientos sesenta días'.