Meribaal respondió: Puede llevárselo él todo, una vez que su majestad vuelve a casa victorioso.
Lucas 6:29 - Nueva Biblia Española (1975) Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Biblia Católica (Latinoamericana) Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. La Biblia Textual 3a Edicion Al que te hiere en la mejilla, preséntale también la otra, y al que te quita el manto, no le impidas tomar° también la túnica. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; y a quien intenta quitarte el manto, no le impidas llevarse también la túnica. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al que te hiera en una mejilla, dale también la otra; y al que te quite la capa, no le impidas llevar aun la túnica. |
Meribaal respondió: Puede llevárselo él todo, una vez que su majestad vuelve a casa victorioso.
Entonces Sedéelas, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio un bofetón, diciéndole: ¿Por dónde se me ha escapado el espíritu del Señor para hablarte a ti?
ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes y salivazos.
Ahora se juntan en tropeles, nos ponen asedio, con el cetro golpean en la mejilla al Juez de Israel.
Entonces le escupieron a la cara y lo golpearon; otros le daban bofetadas
Los hombres que tenían preso a Jesús le daban golpes burlándose de él.
A todo el que te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Apenas dijo esto, uno de los guardias presentes dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así le contestas al sumo sacerdote?
A esto, el sumo sacerdote Ananías ordenó a sus ayudantes que le dieran un golpe en la boca.
hasta el momento presente no hemos parado de pasar hambre, sed, frío y malos tratos; no tenemos domicilio fijo,
De cualquier manera, ya es ciertamente un fallo que haya procesos entre ustedes. ¿Por qué no mejor sufrir la injusticia?, ¿por qué no mejor dejarse robar?
Si uno los esclaviza, si los explota, si los engaña, si se da importancia, si los abofetea en la cara, se lo aguantan.
De hecho compartieron el sufrimiento de los encarcelados y aceptaron con alegría que les confiscaran los bienes, sabiendo que tenían un patrimonio mejor y estable.