que decía: 'Retírate, no te acerques, que estoy consagrado'. Eso hace humear mi cólera como fuego que arde todo el día.
Lucas 5:30 - Nueva Biblia Española (1975) Los fariseos y los letrados de su partido protestaban diciendo a los discípulos: ¿Se puede saber por qué comen y beben con los recaudadores y descreídos?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los fariseos y los maestros de la ley religiosa les reclamaron severamente a los discípulos de Jesús diciéndoles: «¿Por qué comen y beben con semejante escoria?». Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: '¿Cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas malas?' La Biblia Textual 3a Edicion Y los fariseos y sus escribas murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? |
que decía: 'Retírate, no te acerques, que estoy consagrado'. Eso hace humear mi cólera como fuego que arde todo el día.
Pues si muestran cariño a los que los quieren, ¿qué premio merecen? ¿No hacen eso mismo también los recaudadores
Al ver aquello preguntaron los fariseos a los discípulos: ¿Se puede saber por qué come su maestro con los recaudadores y descreídos?
Los letrados y fariseos, al ver que comía con aquellos descreídos y recaudadores, decían a los discípulos: ¿Por qué come con los recaudadores y descreídos?
(Porque los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes las manos refregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores,
El fariseo se plantó y se puso a orar en voz baja de esta manera: 'Dios mió, te doy gracias de no ser como los demás: ladrón, injusto o adúltero; ni tampoco como ese recaudador.
Al ver aquello murmuraban todos: ¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!
Un día estaba enseñando y estaban allí sentados unos fariseos y letrados, venidos de los pueblitos de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El curaba con el poder del Señor.
Los letrados y los fariseos se pusieron a pensar: ¿Quién es éste que dice tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?
ha venido este Hombre, que come y bebe, y dicen ustedes: '¡Vaya un comilón y un borracho, amigo de recaudadores y descreídos!'.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí mismo: Este, si fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer la que lo está tocando: una pecadora.
Se armó un griterío enorme, y algunos letrados del partido fariseo se pusieron en pie protestando enérgicamente: No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?